Un error militar, estratégico y político
Rafael Luis Franco (frarafael@gmail.com
(Sobre el Armisticio dado por nuestro gobierno después de la gran victoria de Campo Vía (11-12-1933) – ‘EL ARMISTICIO SALVÓ A BOLIVIA DE PERDER LA GUERRA’ / Daniel Domingo Salamanca, Presidente Constitucional de Bolivia 1931/35/
Un error por donde se lo mire, en su momento y a la distancia en el tiempo. Pero para comprender mejor el asunto, sin buscar responsables, solo analizar fríamente lo sucedido, pienso que hay que separar las cosas: en el plano militar y en el político-estratégico, y en este segundo plano, viendo a la distancia, el mayor error lo cometieron los bolivianos al proseguir la guerra, a los que debemos estar más que agradecidos.
Antes que nada, va el punto de vista militar, o técnico, y eso queda en manos de especialistas, más abajo van las opiniones de aquellos expertos en la materia, los oficiales tanto paraguayos como bolivianos que quedaron sorprendidos por la medida; los primeros amargamente y los segundos… gratamente.
En este punto, como verán, hay poco que discutir; jamás un Ejército que tiene prácticamente vencido al otro va a pedir una tregua o armisticio; en todo caso serán los otros los que la pidan, pero no el que tiene acorralado al enemigo; porque lo que se busca es la victoria, la rendición incondicional, como vimos en las dos grandes guerras, como vimos en la victoria de Campo Vía.
- Dijo el mayor Antonio E. González en su obra “La guerra del Chaco”, 1941: “… Los 15 días que se concedió al enemigo, y que este aprovechó febrilmente para reorganizar su Ejército semianiquilado, significaron para el Paraguay la pérdida de la victoria que acababa de conquistar y la anulación de todos sus esfuerzos: MÁS, MUCHO MÁS QUE ‘UNA BATALLA PERDIDA’, su equivalencia es la de muchas y muy grandes batallas perdidas. … Así como las desventajas de la situación operativa, así como la precariedad en el transporte, el cansancio de las tropas debe ser eliminado y desechado por completo como razón determinante en el pedido de armisticio ─u ofrecimiento o aceptación─ de parte del Paraguay. … El aspecto operativo, la cuestión transporte y la moral, deben pues ser descartados en absoluto como razones que pesaran sobre el Comando en Jefe del Ejército Paraguayo, y sobre el Gobierno de la Nación, para pedir, ofrecer o aceptar el armisticio, el 19 de diciembre de 1933.”
- Atilano Carísimo en su libro “En la 1ra. División de Infantería”, toma una opinión boliviana sobre el tema (p. 416-417): “Referente a este mismo armisticio hay varias opiniones en el sector boliviano: 1°) El Tcnel. Julio Díaz A. en su libro ‘Los elegidos de la gloria’ dice: ‘Ya hemos visto que sobre los 1.500 hombres que se replegaron del sector Nanawa y de los 3.500 salvados por Peñaranda y salidos de Gondra, se había organizado rápidamente dos pequeñas Divisiones para constituir el I Cuerpo de Ejército que defendió Muñoz, mientras se llevaba a cabo el éxodo de la guerra en interminables caravanas formando cuadros trágicos y pavorosos ya que desde Saavedra se veían caminar soldados y pobladores civiles, llevando estos a sus mujeres y niños y arreando sus pocos ganados para salvarlos del enemigo.
Vimos también que el citado Cuerpo de Ejército que no contaba en esos momentos sino con unos 1.500 hombres escasos, se había replegado sobre Platanillos. Esta era la situación del Ejército boliviano hasta que el día 19 de diciembre de 1933, cuando el Gobierno paraguayo había adoptado UNA INEXPLICABLE ACTITUD al solicitar a la Comisión de la Liga de las Naciones, que se encontraba en Montevideo, un armisticio de diez días. ¿Cuál el motivo para que el Paraguay VICTORIOSO EN ESE MOMENTO hubiera pactado el armisticio EN LUGAR DE INICIAR UNA ENÉRGICA PERSECUCIÓN CONTRA LAS ANIQUILADAS TROPAS BOLIVIANAS? No lo sabemos.
Aunque en Asunción se dijo que era con objeto ‘de socorrer a numerosos heridos y soldados bolivianos extraviados que perecían en los montes por falta de agua y de alimentos’. Sea lo que fuere, la cuestión es que el armisticio no había sido en un principio del agrado del general Estigarribia, quien se había opuesto a ello tenazmente, pero que después tuvo que admitir una prórroga de ocho a diez días porque le era indispensable reorganizar su ejército. En lo que respecta a Bolivia, su ejército estaba agotado, pues sus pocas tropas aún no se habían repuesto de las horribles jornadas de los días 10, 11, 12 y siguientes, y le convino pactar dicha tregua que IMPENSADAMENTE mitigó los sufrimientos de sus soldados, y DIO TIEMPO PARA QUE SE REORGANIZARAN’. 2°) El Cnel. Peruano Julio G. Guerrero, que prologó la obra citada dice: ‘De acuerdo con el autor es INEXPLICABLE la actitud del Paraguay solicitando de la Liga de las Naciones que se hallaba en Montevideo, un armisticio de 10 días. Pero se pactó el armisticio desde el 19-12 hasta el 30 … Todo indicaba que, SI LOS PARAGUAYOS PROSEGUÍAN INMEDIATAMENTE LA PERSECUCIÓN, DIERA FÁCIL CUENTA DE UN EJÉRCITO EN CONDICIONES PÉSIMAS, SIN NECESIDAD DE ARMISTICIO. Pero creyeron más obvio cogerlo en la engañosa seguridad de un alto de fuego para acabar con el de un solo golpe. Pero la criada le salió respondona, pues ya había al frente de esas multitudes castigadas, vapuleada y casi sin ánimo, un hombre de voluntad de hierro y de cerebro lúcido…’. 3°) El dictador Salamanca, poco tiempo después, declaró: ‘EL ARMISTICIO SALVÓ A BOLIVIA DE PERDER LA GUERRA’.”
- La opinión del general Hans Kundt: “Después de la derrota de la 9a. División en el Campo Vía, todo el mundo militar había esperado una persecución inmediata, llevada a cabo con toda la energía y hasta el último aliento del último soldado de parte del Ejército paraguayo. Pero por lo pronto se contentó con la ocupación de Muñoz y con el avance de fracciones débiles para conservar el contacto con el enemigo. ¿A qué obedecía esta omisión de una medida elemental?” (Tomado del libro de Carlos Fernández, cap. Gondra-Zenteno).
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Del libro de Juan Bautista Ayala, “La guerra del Chaco hasta Campo Vía”, Bs. As., 1958: “Cuando se serenen las pasiones y se midan los hechos y valores con la vara de la VERDAD HISTÓRICA, para discernir la consagración definitiva de los hombres que actuaron en la guerra del Chaco, se buscará afanosamente a LOS GRANDES RESPONSABLES DEL TRATADO DE PAZ COMO A LOS GRANDES RESPONSABLES DEL ARMISTICIO DE CAMPO VÍA. Esa hora llegará inexorablemente, no para rever tratados y encender nuevas guerras, sino PARA UBICAR EN EL PLANO QUE CORRESPONDE A QUIENES VILIPENDIARON NUESTRAS GLORIAS MÁS PURAS Y DESPRECIARON LAS TRIBULACIONES Y SACRIFICIOS DEL PUEBLO, que hicieron posible la recuperación del Chaco en tres años de sangrienta lucha.” [Se entiende lo que dice J.B.A., se busca a los responsables para conocer, entender y ubicar a las verdaderas glorias de la gesta, no para encender ánimos.]
- Y el historiador y excombatiente boliviano R. Querejazu Calvo en su obra “Masamaclay”, dice lo siguiente: Producida la rendición de las tropas de Bánzer y González Quint, la lógica señalaba al general Estigarribia que ordenase que aquellas divisiones que estaban en las proximidades de Saavedra y Muñoz hiciesen un último esfuerzo, cortando el camino que unía ambos puntos, y atacasen el gran cuartel del comando superior boliviano. No es aventurado suponer que estas dos acciones habrían determinado la conclusión de la guerra.”
Ahora viene la cuestión estratégica y política. Es más que evidente que los “liberales” nunca tuvieron una estrategia de gobierno, tanto de desarrollo de país agroindustrial, de defensa interna y externa, de crecimiento poblacional, de educación y salud, etc.; salvo en el plano de las luchas internas para mantenerse en el poder, ahí sí fueron bastante exitosos, treinta y dos años seguidos de gobiernos “liberales” lo atestiguan.
Es así que todos los presidentes que se sucedieron de 1904 a 1936, salvo el período de don Eligio Ayala, quien tuvo una visión distinta de lo que debía ser un gobierno; y aquí me animo a decir, sin temor a equivocarme, que esto fue posible gracias a que este no fue un hombre formado en la política partidaria; y si lo fue, es evidente que no comulgaba con la mayoría de sus pares; de ahí que les resultara molesto y este terminara por renunciar a dicho partido.
Volviendo al punto estrategia y política; a la distancia podemos apreciar que también fue un grandísimo error.
Porque, imaginen por un momento que los bolivianos hubieran aceptado en aquel armisticio firmar la paz y no proseguir la contienda; qué cosas podrían haber pasado. Primero, el posicionamiento de ambos ejércitos no habría sido el que tuvo en junio de 1935, sobre el río Parapití; si tomamos la posición en que ambos estaban en diciembre de 1933, se verá que los bolivianos ocupaban más de la mitad del actual Chaco, lo que quiere decir que las negociaciones de límites habrían sido mucho más difíciles para el Paraguay y es más que probable que al final, debido a este posicionamiento, se hubiera perdido muchísimo más territorio del que se perdió con el Tratado de julio de 1938; y esto no sucedió no por la habilidad de nuestros políticos, todo lo contrario; aquí tenemos que agradecer a la divina Providencia y a los bolivianos; especialmente a Daniel Domingo Salamanca Urey, a la soberbia y ceguera de sus políticos, que son los que en definitiva impulsaron aquella guerra de conquista y ni bien terminado el “armisticio” prosiguieron la lucha. Seguramente luego de terminada la contienda, en junio de 1935, muchos de ellos habrán pensado: “¿Por qué no pactamos en 1933?, ¡qué tontos fuimos!”.
Aunque también es probable que, así como se repudió en su momento aquel armisticio y se acusó de traidor a don Eusebio, de aceptar Bolivia el fin de las hostilidades, y que pretendieran quedarse en esas posiciones creo que el gobierno no habría durado mucho y el “17 de Febrero” se habría adelantado unos tres años.
Como se aprecia fácilmente, nuestros “cráneos liberales” de la política metieron la pata con el Armisticio por partida doble, tanto militar como estratégica, algo que indica un desconocimiento total del juego de la gran política a la vez que un desinterés por la suerte de la Nación; porque es algo milagroso que los bolivianos no entrevieran esa posibilidad, o si la vieron su orgullo fue más fuerte, de, teniendo un ejército semiderrotado, quedarse en una posición de ocupación cercana a la mitad o más del actual Chaco y discutir los límites en la mesa de negociaciones.
Está visto que esta clase de políticos, antes y ahora, solo sirven para luchas intestinas por el poder, para zoquetear y para llenarse los bolsillos; no les pidan más que eso, no les pidan un proyecto a mediano y menos a largo plazo, coherente con las necesidades de desarrollo de la Nación, o sea de sus habitantes; el nivel, en general, de los mismos no pasa de tercer grado… aunque ostenten títulos y títulos. Son solo comerciantes… como los viejos legionarios del siglo XIX.
Indudablemente que el Paraguay ha tenido la suerte de que Bolivia desaprovechara todas las oportunidades que le dio el Paraguay para quedarse con mas territorio del Chaco paraguayo, sin disparar un solo tiro primero, en 1879 se le sirvio en bandeja casi la mitad del Chaco, pero se engolosinaron demasiado y no aceptaron, querian mas. El segundo fue el Statu Quo de 1906, donde si Bolivia respetaba dicho acuerdo, se hubiese quedado con lo que es hoy el Fortin Gardel y Pedro P.Peña., parte interesante de lo que es hoy nuestro Chaco.. Y la tercera oportunidad fue brindada por el Armisticio salvador de diciembre de 1933, que en vez de aceptar la terminacion de la guerra y negociar en base a sus ocupaciones, decidieron continuar con la guerra, y seguir enluteciendo a familias de ambos paises, en realidad para suerte nuestra , pues gracias a esa testarudez orgullosa, conseguimos expulsar al Ejercito Boliviano, de la totalidad de los territorios conquistados.