Se cumplen 200 años del asilo de Artigas en Paraguay

José Gaspar Rodríguez de Francia accedió al pedido de asilo de José Gervasio Artigas, el caudillo oriental el 5 de septiembre de 1820. Vivió en nuestro país durante 30 años, hasta su muerte acaecida en Asunción el 23 de setiembre de 1850”. 

Con esta actitud hospitalaria, Francia inauguró en América el “derecho de asilo”. 

José Gervasio Artigas, el máximo “Padre del Federalismo”, había sido traicionado por el caudillo entrerriano Francisco Ramírez cuando el prócer combatía contra los invasores portugueses de la Banda Oriental. Derrotado y perseguido, se encaminó hacia el Paraguay para solicitar asilo a José Gaspar Rodríguez de Francia. Llegó acompañado por unos 200 paisanos, Artigas vadeando el río Paraná. 

El 16 de setiembre de 1820 llegó a Asunción y fue alojado en el Convento de la Merced, su habitación primera. Francia ordenó dispersar a los acompañantes de Artigas en tres pueblos distintos, Guarambaré, Cambacuá y Laurelty. 

En documentos oficiales paraguayos consta que, “por suprema orden verbal se le suministrará a don José Artigas a su llegada a esta Capital todo lo necesario para su decente vestuario y ropa interior” medida que siguió vigente cuando Francia ordeno el 25 de diciembre del mismo año, Francia dispuso que “D. José Artigas pase a morar en la villa de San Isidro -en Curuguaty, aproximadamente a 85 leguas de Asunción (*)

También se dispuso pagarle una pensión mensual de 32 pesos, el sueldo de un ministro, y se le envió cada mes una onza de oro sellado, durante diez años, hasta que él mismo se mantuvo con su trabajo de agricultura y ganadería en una chacra situada a diez cuadras de la villa; la región era un vasto emporio de yerbatales. Allí construyó Artigas una vivienda de ladrillo, adobo y techo de tejas, de cuatro habitaciones, y rodeó el predio con un foso considerable para proteger a aves y ganado contra los ataques de jaguares. 

En Curuguaty estuvo 20 años; cultivando la tierra y criando animales. Fue en esta localidad donde conoció a Clara Gómez Alonso, quien fue la mujer que vivió más tiempo a su lado. 

Artigas, era llamado en la zona “Karaí Marangatú” (el Don Bueno, o Señor bueno) porque ayudaba en lo que podía con productos de la tierra y hasta con dinero, a los vecinos más humildes. También lo llamaban “Karaí Guasú” (Gran señor), título que también le dieron a Francisco Solano López. Por otra parte, el escritor Gonzalo Abella recoge el apodo de “Overává Karaí” (Señor que resplandece), título con que los guaraníes de la zona de Curuguaty se referían a Artigas. 

Tras la muerte de Francia, el nuevo gobierno de Carlos Antonio López, primer presidente constitucional del Paraguay, lo hizo trasladar a Asunción, donde vivió por casi diez años, en la quinta de Ibiray, propiedad del presidente, rodeado del afecto de sus vecinos paraguayos. 

Cinco años después de su muerte, y a los efectos de su repatriación al Uruguay, el 20 de agosto de 1855 se procedió a la exhumación de sus restos que fueron transportados por vía fluvial a Montevideo, donde la urna fue desembarcada el 19 de septiembre 1855, quedando abandonada en la Aduana, hasta 1856 siendo trasladada al Cementerio Central en 1866 y en 1975 al mausoleo de la plaza Independencia

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Artigas había nacido en Montevideo, Uruguay el 19 de junio de 1764, es decir, tenía 56 años de edad cuando hizo este inmenso quiebre en su existencia. Había logrado formar la Liga Federal, que integraban las provincias argentinas de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Corrientes, a las que se agregaban las Misiones Orientales y la Banda Oriental, un territorio tan inmenso que es difícil de imaginar. (ver mapa). Fue un verdadero «sistema de los pueblos libres» y Artigas fue designado como su Protector.

(*) Curuguaty (originalmente llamada San Isidro Labrador de Curuguaty) es una ciudad y municipio en el actual Departamento de Canindeyú, que fue la cuarta capital del Paraguay, durante la guerra contra la Triple Alianza

Fuentes varias