Sangre paraguaya en Malvinas

Por Rogelio Agustín López (*)

Paraguay apoyó política y estratégicamente a la Argentina en la guerra librada en 1982 contra Gran Bretaña. La recuperación de las Islas Malvinas fue el objetivo y, más allá de la discutible decisión de un hombre para encarar una gesta de este tipo sin contar con los elementos básicamente necesarios, el pueblo argentino vivió y sufrió durante 74 largos días. 

Cementerio de Darwin

Cerca de 80 jóvenes argentinos de padres paraguayos, combatieron para defender ese pedazo de tierra que les pertenece. Hoy conoceremos a 12 de ellos, porque de los otros, poco se sabe.

Corría la década del cincuenta y tres familias de Encarnación, Paraguay, decidieron cruzar la frontera para buscar mejores horizontes en Argentina. No se conocían entre ellos, no tenían nada en común, hasta que en el año 1962 nacieron en cada uno de esos hogares, un niño argentino. Dos vieron la luz en Entre Ríos y uno en Posadas.

En la misma década, tres matrimonios de Concepción también pensaron que Argentina les podría ofrecer un futuro mejor. En este caso sí se conocían entre ellos y se establecieron en Formosa, aunque con el tiempo dejaron de verse. Pero el destino quiso que, también en 1962, las mueres tuvieran algo en común: tres hijos argentinos.

Un joven matrimonio de Coronel Oviedo, una familia de Capiatá, otra de Itauguá y dos jóvenes aún novios de San Lorenzo, con la esperanza de un porvenir mejor, también vinieron a la Argentina para continuar sus vidas. Los dos primeros se quedaron en Resistencia, Chaco: los novios llegaron hasta San Justo y los itaugüeños en Florencio Varela, ambas localidades de la Provincia de Bs. As.

Las cuatro parejas dieron a luz en el mismo año: Carlos, Gustavo, Omar y Walter. Ellos ignoraban que se conocerían 19 años en infaustas circunstancias en el sur argentino.

Dos familias asunceñas, uno de Barrio Jara y otro de San Vicente, pensaron allá por 1959 que Buenos Aires era una posibilidad de bienestar, pero finalmente recalaron en La Plata, la capital bonaerense. Sin conocerse y “sin ponerse de acuerdo”, en junio de 1962 –aunque con tres días de diferencia- dieron a luz a José y Leonardo.

 La colimba, la guerra y la muerte

Hemos conocido el principio de historias simples y comunes a la de muchos, muchísimos paraguayos que en esa época optaron por radicarse en la Argentina. Estas doce familias, a las cuales mencionamos, lo único que tenían en común era su nacionalidad de origen. Hoy después casi cuarenta años (*) de residir en este país, comparten el dolor de haber perdido a sus hijos por una misma causa y en las mismas circunstancias.

Sus hijos, los doce, tenían edad de servicio miliar y, como argentinos, debían cumplir. Nada hacía pensar que unos meses después de haberse incorporado, Leopoldo Fortunato Galtieri, presidente argentino en aquel momento, decidió “recuperar» las Islas Malvinas por la fuerza.

 Estos jóvenes, hijos de paraguayos, no se conocían, pero todos estaban haciendo la ”colimba”. Seis estaban en el Regimiento 3 de La Tablada (hoy desaparecido); cuatro en Campo de Mayo y dos en Monte Caseros, Corrientes. Lo único que emparentaba sus vidas era ser hijos de inmigrantes y un sentimiento patriótico por defender la soberanía nacional.  Y, en distintas fechas y  diferentes medios, los doce llegaron a las Islas.

A partir de allí, ya poco se supo de ellos. Algunos pudieron comunicarse a través de cartas y otros a través de compañeros que llevaban mensajes.. Hoy esos soldados son parte de una larga lista de fallecidos en la guerra. Hoy sus padres se unieron para poder viajar hasta la tumba de sus hijos. Nadie recuerda con detalles como se reunieron. Después de todo, eso es lo de menos. En noviembre del año pasado, después de mucho andar y mucha angustia acumulada, pudieron juntar los mil pesos  por persona para viajar y el 12 de diciembre partieron a la Isla.

Nada les fue fácil. Ni haber dejado aquella vez su patria para venir a la Argentinas, ni haber soportado el saber que sus hijos iban a una guerra, ni la poca –luego ninguna- información sobre ellos, ni la resignación de saberlos muerto.

Hoy siguen conviviendo con el dolor, aunque en la tarde fría del 16 de diciembre del año pasado conocieron el cementerio de Darwin en las Islas Malvinas y enterraron una bandera cocida por el medio, mitad argentina y mitad paraguay. Así cerraron una historia que duró solamente 19 años: la edad de sus hijos.

Ahora siguen sus vidas, el dolor no se irá nunca, pero íntimamente saben que la corta vida de sus hijos no fue en vano y son parte de la historia grande de este país.

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LOS DOCE

Hijos                                                               Padres                                                  Lugar de origen

Raúl Ricardo Romero       Eugenio Romero y Ramona González            Encarnación

Alejandro José Gattoni    Amadeo Gattoni Y Antonia Melgarejo          Encarnación

Martín Acosta                      Tomás Acosta y Gloria Oviedo                         Encarnación

Marcos Sosa                           Antonio Sosa y Graciela Flores                       Concepción

Andrés Domínguez             Francisco Domínguez y Carmen Soto          Concepción

Omar Garrido                        Cecilio Garrido y Estela Terrero                     Concepción

Ariel Esquivel                        Roberto Esquivel y Marta Sandoval             Capiatá

Carlos María Martínez        Hugo Martínez y Norma Pérez                       Itauguá

Gustavo Leguizamón          Mario Leguizamón y Liz Morínigo                Coronel Oviedo

Walter García                         Marcelo García y Claudia Acosta                   San Lorenzo

Leonardo Palacios                Leonardo Palacios y Miryan Insfrán            Asunción

Carlos Antelo                          Víctor Antelo y Nancy Guerrero                   Asunción

(*) Publicado en la versión impresa de “Paraguay ñane retã”, abril 2001