Felipe Pigna, historiador argentino
En la guerra contra el Paraguay, la figura de “madame” Lynch, compañera del presidente Francisco Solano López, se convertirá en legendaria.
Se habían conocido en un baile en el Palacio de las Tullerías, en París en 1853. Ella tenía 20 años, era irlandesa y había estado casada con un médico francés del que se había separado.
Parece que el amor entre los dos jóvenes fue fulminante y, tras la partida de Francisco hacia Asunción, Elisa decidió ir tras de su amado para reunirse con él y allí , aunque no pudo casarse con López, convirtió su casa en un centro de conciertos, bailes y banquetes.
Cuando en 1865 estalló la Guerra de la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay) contra el Paraguay, Elisa no quiso separarse de su compañero y decidió dejar los lujos para seguir a su hombre. Aunque está vez llevaba al primer hijo de ambos, Panchito, y el destino era el campo de batalla.
Durante los 5 años que duró la Guerra y que resultó fatal para la Patria de su esposo, la “mariscala” participó de la dura vida de cuartel curando a los heridos.
Hasta que, en 1870, luego de una derrota tras otra, López y su diezmado ejército (poco más de 400 almas, en su mayoría niños, ancianos y mujeres), sus 4 hijos y su inseparable Elisa –que había arrumbado su título de Madame para convertirse en “Princesa de la Selva”, llegaron a Cerro Corá. Al frente de la hambrienta tropa estaba su hijo Panchito de apenas 15 años de edad.
Pese a que las condiciones no podrían ser peores, ni López ni su corajuda gente estaban dispuesto a entregarse. Y durante 5 días lucharon sin comer ni beber, hasta que, finalmente, fueron derrotados, pero no vencidos.
López, herido de un lanzazo, pidió a Panchito que protegiese a su madre y sus hermanos y siguió peleando contra los soldados que se abalanzaron sobre él para darle muerte. Nadie quería perderse de cobrar las 100.000 libras que los “civilizadores” ofrecían por la cabeza del mariscal.
El presidente paraguayo se defendió como un tigre acorralado y mató a varios de sus atacantes. El general Cámara, a cargo del pelotón atacante, lo intimó a que se rindiera y le garantizó su vida. Pero López siguió peleando, bañado en sangre, hasta que Cámara ordenó “maten a ese hombre”. Un certero disparo le atravesó el corazón.
Los soldados atacaron los carruajes que trataban de huir. Panchito montó guardia frente al que ocupaban sus hermanos y su madre. Los brasileños le preguntaron si allí estaban la “querida” de López y sus bastardos.
Panchito defendió el honor nacional y familiar y fue fusilado en el acto.
A Elisa Lynch le tocó dar la última batalla de esta guerra miserable y despareja. Con toda su enorme dignidad, descendió de su carro, cargó el cadáver de su hijo y buscó el de su marido. Cavó con sus manos una fosa y enterró los dos cuerpos y parte de su vida.
Capturada, todos sus bienes fueron embargados y ella deportada, comenzando una larga etapa de viajes y juicios para recuperar su patrimonio, hasta su muerte en París en 1886.
La suerte corrida por miles de mujeres paraguayas fue mucho peor, aunque las leyendas y textos literarios no las recuerden.
Mujeres condenadas por guerreras, y sobre todo por dignas, por resistir hasta las últimas consecuencias. Durante los años que duró la guerra acompañaron a los ejércitos como cuarteleras, vivandera y enfermeras, Luego, cuando fuero escaseando los hombres, también empuñaron las armas.
Las que no cayeron víctimas de la lucha, el hambre y las epidemias, debieron luego soportar sobre sus espaldas el construir de nuevo el país, sometido al saqueo de los vencedores.
Muchas de ellas corrieron la terrible suerte de los prisioneros tomados por las fuerzas brasileñas: ser llevadas a miles de kilómetros a pie, a servir como en las plantaciones donde todavía estaba vigente la esclavitud.
El Paraguay que sobrevivió a los “civilizadores” era un país de mujeres y niños…
(NOTA DE REDACCIÓN: sugerimos leer la nota que ,con el mismo nombre, salió publicado el 25/07/2015 en www.paraguaymipaís.com.ar. Al respecto y sobre el mismo tema, el 1° de noviembre de 2021 subió a escena del teatro municipal “Ignacio A. Pane” de Asunción, la obra teatral Elisa Lynch “Entre el Odio y el Amor”, también publicado en ‘paraguay mi país’ al día siguiente)
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