Embajada de Paraguay en Argentina: refugio de Perón hace 61 años
El 16 de setiembre de 1955 un golpe de Estado por la autodenominada Revolución Libertadora ponía fin a la segunda presidencia de Perón.
Hoy se cumplen 61 años del derrocamiento de Juan Domingo Perón por la –según algunas fuentes- “Revolución Fusiladora”. En realidad, la insurrección septembrina se había iniciado exactamente tres meses antes, el 16 de junio, cuando el bombardeo indiscriminado en Plaza de Mayo, cuya intención era matar a Perón, produjo cerca de 200 víctimas inocentes y numerosos daños a edificios públicos.
Sin embargo, el alzamiento septembrino no fue obra exclusiva de las Fuerzas Armadas. Intervinieron la iglesia católica, los partidos políticos, radicales, socialistas, demócratas progresistas pero también estudiantes universitarios, jóvenes católicos, etc., formaron «comandos civiles» que apoyaron el derribamiento de Perón.
De esta manera, terminaba la presidencia del fundador del Partido Justicialista y se iniciaba su largo exilio que abarcaría 18 años, hasta su regreso al país, en forma definitiva, el 20 de junio de 1973.
El 20 de Septiembre Perón se refugió en la embajada del Paraguay, actual sede del Consulado General. (Viamonte 1851 c/Av. Callao, ciudad de Bs. As.). En la legación los esperaban su encargado administrativo, que fue quien telefoneó al embajador, Dr. Juan R. Chaves, que en esos momentos se encontraba en su domicilio para informarle que el líder justicialista había llegado. Chaves partió inmediatamente y al llegar a la sede diplomática se encontró a Perón rodeado por varios funcionarios, entre ellos su secretario (el de Chaves) Dr. Rubén Stanley.
Perón solicitó asilo político y en vista del Tratado de Montevideo de 1939 y 1949, el mismo le fue concedido. Según un relato posterior del embajador Chaves, afuera, a solo cuatro cuadras de la embajada, en la intersección de las avenidas Santa Fe y Callao, comenzaban a concentrarse manifestantes antiperonistas que vivaban a la libertad y lanzaban “mueras” al mandatario depuesto.
Eso despertó los temores del embajador que temiendo acciones violentas por parte de aquellos, le dijo a Perón que no era prudente que permaneciera en el lugar y que lo más conveniente era trasladarse a su residencia particular, sobre la calle Virrey Loreto, donde estaría más seguro. El depuesto mandatario aceptó y sin decir más, abordó el mismo auto en el que Chaves había llegado y partieron inmediatamente en dirección a su residencia.
De ahí, fue trasladado a la cañonera Paraguay, donde llegó acompañado el embajador paraguayo Juan Ramón Chaves, el mayor Alfredo Renner (ayudante de Perón) y el agregado naval de la embajada, capitán Juan de Dios Cardozo, donde fueron recibidos por el teniente de navío César Cortese, comandante de la cañonera,
El buque paraguayo se encontraba en reparaciones en el Río de la Plata, donde el mandatario depuesto, después de nueve días de espera, un as de la aviación guaraní, Leo Nowak, lo condujo a Asunción en un aeroplano anfibio, pero su estada allí sólo duró un mes
IMÁGENES DEL SUBSUELO DE LA EMBAJADA DONDE SE HOSPEDÓ PERÓN