No quisiéramos caer tanto en datos históricos, por todos generalmente conocidos, sino más bien en reflexionar sobre la historia de un país que, contra viento y marea, se sostiene de manera independiente desde hace más de dos siglos.

Pero diremos que en la noche del 14 de mayo de 1811 un grupo de vecinos, los más respetados, se presentaron en la residencia que el gobernador español Bernardo de Velazco y le solicitaron la renuncia comunicándole que a partir de ese momento ellos serían los dueños del destino de la hasta entonces Gobernación del Paraguay, apoyados éstos por líderes militares de prestigio que se habían destacado durante las invasiones inglesas de 1806 y 1807. No obstante, el gobernador recién cedió tras una intimación militar de los conjurados al día siguiente, es decir el 15 de mayo.

De ahí que nuestro país es el único en el mundo que tiene dos días de la Independencia, ya que fue gestada el 14 y 15 de mayo de 1811

Y algo inédito e inaudito: los patriotas ofrecieron al gobernador renunciante que formara parte del primer gobierno del Paraguay independiente juntamente con un comerciante español Valeriano Zeballos y el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia.

Y así fue que hubo un primer gobierno compartido con el gobernador español, que duró apenas algunas semanas, ya que el Triunvirato convocó a un Congreso para que los paraguayos eligieran un nuevo gobierno.

El congreso se reunió entre el 17 y el 20 de junio de 1811, y eligió una Junta de gobierno integrada por cinco miembros: Fulgencio Yegros (presidente), Fernando de la Mora (secretario), Gaspar Rodríguez de Francia, Pedro Juan Caballero y el sacerdote Francisco Javier Bogarín.

Esta fue la primera elección de autoridades del Paraguay independiente,

Así nació nuestra República, en forma tranquila, sin derramamiento de sangre y así se mantuvo por muchos años, con paz y prosperidad.

Paraguay halló en el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, a un hombre providencial en el que se conjugaron su preparación intelectual, la capacidad de conducción y una honestidad a toda prueba,

Él fue, sin duda alguna, el ideólogo de nuestra independencia y el arquitecto que dio forma a la República del Paraguay, el hombre que formó sus primeras instituciones

Y también el que consolidó nuestra independencia nacional, el padre de nuestra nacionalidad, eje sobre el cual aún hoy transita nuestro país, teniendo como base su idioma nativo o sea el guaraní, caso único en América, que sigue manteniendo sus valores culturales, su idiosincrasia, su folklore; sin dejar por ello de aprender todo lo que el mundo nuevo nos ofrece y que podamos insertarnos en él como en aquellos años del siglo XIX,