12 de septiembre 1866: Mitre hace fracasar la paz en la “Conferencia de Yataity Corá”.

1866 fue el año de las grandes batallas de la guerra contra la Triple Alianza. Se sucedieron victorias y derrotas en su transcurso para los dos bandos. Se abrió el año con el triunfo paraguayo en Corrales (31 de enero). El 2 de mayo el ejército paraguayo fue derrotado en Estero Bellaco y el 13 del mismo mes, se libró la catastrófica acción de Tuyutí, la más importante de las acciones guerreras hasta entonces en el continente americano. En los esteros y cañadones de Tuyutí, quedó aniquilado el primero y el mejor de los ejércitos del mariscal López.

Bartolomé Mitre
Bartolomé Mitre

En el mes de julio reaccionó el ejército paraguayo infringiendo tres derrotas sucesivas al enemigo: Yataity Corá, Sauce y Boquerón lo que hizo que los aliados decidieran abandonar la idea dominante hasta entonces: romper el frente paraguayo y llevar una ofensiva atacando en la dirección de la línea Curuzú-Curupayty.

Así, el 3 de septiembre, el ejército brasileño (no aliado) arremetió contra Curuzú y poco después logra adueñarse de ella con una pérdida del de casi 50% de su tropa original.

No obstante, le quedaban suficientes hombres para continuar su avance y adueñarse de Curupayty. Pero no lo hicieron. ¿Error táctico? ¿Temor? ¿Prudencia? La reacción de López fue multiplicar su esfuerzo para fortificar Curupayty, objetivo siguiente de los aliados.

Fue entonces que López tuvo la idea de iniciar una negociación de paz  -para algunos una idea sagaz y astuta-con el propósito de ganar el tiempo necesario para completar las fortificaciones, aunque otros afirman que el mariscal López había recurrido a la negociación para hallar la fórmula de una paz decorosa y digna para su país.

 Desde el Cuartel General en Paso Pucú, López envía a Mitre una nota que decía: “tengo el honor de invitar a V.E. a una entrevista personal entre nuestras líneas el día y hora que V.E. señale. El mismo día, Mitre respondió al Mariscal, fijándose la fecha para el día siguiente, a las 9 de la mañana, en el paso de Yataity Corá a la que ambos asistieron puntualmente.

Luego de los saludos de rigor, López expresó: “Hoy creo que la sangre derramada es bastante para lavar la ofensa con que cada uno de los beligerantes se creyese agraviado y considero que puede hacerse que esta terrible guerra tenga un fin, estipulando las condiciones de una paz sólida, duradera y honrosa para todos”.

Mitre responde que “eso tendría que ser resuelto por los gobiernos aliados y que sólo sería posible bajo las condiciones del Tratado de la Triple Alianza”. Eso “sería indigno para los sentimientos de los paraguayos”, responde López y agrega “…no aceptaría sino cuando fuese vencido en las últimas trincheras.

Dos días después, el 14 de septiembre, Mitre remite una nota a López, confirmando que los integrantes de la Triple Alianza, “no harán modificación alguna en la situación de los beligerantes”. Al día siguiente, en la nota de respuesta, el Mariscal escribió: “nada me ha detenido ante la idea de ofrecer por mi parte la última tentativa de conciliación que ponga término al torrente de sangre que vertimos en la presente guerra, y me asiste la satisfacción de haber dado así la más alta prueba de patriotismo para mi país, de consideración para los enemigos que le combaten, y de humanidad para el mundo imparcial que nos observa”.

Aparentemente, la intransigencia de Mitre se basó en considerar que la propuesta de López, más que un acto de generosidad o responsabilidad, era un síntoma de la debilidad paraguaya.

Así se diluyó la oportunidad de poner fin a lo que hoy se califica como la guerra de la “Triple Vergüenza” o, como sostenía Alberdi, de la “Triple Infamia”.

 Una semana después, el 22 de septiembre, se libró la batalla de Curupayty donde el ejército paraguayo, propinó una terrible derrota a los ejércitos aliados quienes perdieron decenas de miles de combatientes mientras que los paraguayos menos de cien. Como consecuencia de esta debacle aliada, la guerra quedó paralizada durante un año.

 Pero esa ya es otra historia…

(fuente principal: La Conferencia de Yataity Corá”, Julio César Cháves)