Tocan música sinfónica con instrumentos fabricados en un basural

¿Escuchar melodías de Beethoven, Vivaldi, Mozart o canciones populares de distintos países, con un sonido cercano a las más caras orquestas, pero interpretadas con instrumentos hechos con material sacado de la basura? Cuesta imaginarlo, pero en Paraguay es posible 

En uno de los países más pobres de Sudamérica, amantes de la música con escasas posibilidades económicas fabrican desde hace unos años violines, violoncelos, instrumentos de percusión, y hasta flautas, con material reciclado del principal basurero de Asunción, el vertedero Cateura.

Hasta formaron una orquesta sinfónica que interpreta música de los grandes clásicos a la que bautizaron «Melodías de la basura».

«A un padre de familia se le ocurrió un día construir un violín de una vieja cacerola que encontró en la basura. Él trabajaba en nuestro taller de confección de instrumentos musicales», relató a la AFP Luis Szarán, un músico símbolo de las orquestas de cámara de Paraguay,

Al frente de su organización no gubernamental «Sonidos de la Tierra», Szarán estimuló la creatividad y la habilidad de «don Kolá» como le llaman a Nicolás Orué, este padre de familia de unos 50 años que empezó a construir guitarras con madera de embalaje, y violines con viejas cacerolas o asaderas, de aluminio o de metal, con el mango de madera de ballets.

«Construyó flautas y saxofones hechos de restos de canaletas de agua, un violoncelo hecho de viejas latas de aceite, instrumentos de percusión de madera reciclada y parches (la membrana de la percusión) hechos de restos de películas de radiografía», explicó Szarán.

Con gran suceso, el maestro llevó esta experiencia a los más cotizados escenarios de Europa y Estados Unidos donde el público, con incredulidad, pudo disfrutar de las mejores melodías como si fuesen interpretadas con los tradicionales instrumentos de cámara.

«Hoy los instrumentos están construidos por jóvenes pero asesorados por expertos de nuestra fundación. La calidad es muy aproximada a los instrumentos reales, perceptible por los muy conocedores de los sonidos musicales», destacó Szarán.

Don Kolá instaló actualmente su fábrica de instrumentos en su humilde casita de Cateura, con mucha demanda, pero con sus familiares dedicados plenamente al reciclaje de basura. Él fabrica instrumentos que pueden costar desde 30 dólares o 1.000, según la calidad, precisó Szarán.

El músico recordó que un profesor de la fundación se impresionó cuando escuchó por primera vez el «milagro» de un sonido musical rescatado de los residuos. «Nos dijo que con un violín hecho de estos elementos reciclados, un niño podría comenzar a aprender sus primeras lecciones de música».

«A mí me impresionó el hecho de que viviendo en el estadio mas bajo de la pobreza, como es habitar encima de la propia basura, se pueda crear una herramienta educativa que puede cambiar radicalmente la vida de los hijos».

Eso, dijo Szarán, fue su inspiración para crear toda una orquesta sinfónica, «única en el mundo en su género», fabricada con desechos de la basura. Su director actual se llama Favio Chaves. La orquesta ha ofrecido más de 50 conciertos en toda en Europa, con niños que aprendieron a conocer de música y a tocar con los novedosos instrumentos

Szarán, quien por sus aportes a la cultura mundial recibió un premio de la fundación canadiense-estadounidense Skoll «al Emprendedurismo Social», relató que la experiencia con los instrumentos de la basura multiplicó el interés de niños, jóvenes y de las mismas autoridades por la promoción de músicos.

Hay una frase que inspira su proyecto «Sonidos de la Tierra»: «El joven que durante el día interpreta a Mozart, por la noche no romperá vidrieras».»Revela el espíritu transformador de la educación musical y su formación a través del arte», aseguró  Szarán.

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