“El Refutador de la infamia contra Francia”
Este libro escrito por Gilberto Ramírez Santacruz, fue presentado el pasado 7 de junio en la Libroferia de Asunción 2015
Las palabras alusivas a la obra fueron del poeta y ensayista Luis María Martínez, coeditado por la Editorial Arandurã de Paraguay y Punto de Encuentro de Argentina. Se reproduce en exclusividad el texto de contratapa que reseña breve y perfectamente el contenido de dicha obra.
ROA BASTOS SEGÚN EL SUPREMO
Una fuente inagotable de investigación ha sido la ejecutoria histórica del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, que mana, no obstante el tiempo transcurrido, con consideraciones valiosas de incontables historiadores y escritores.
Así lo hecho por Augusto Roa Bastos fue importantísimo, con su formidable monolito narrativo de “Yo el Supremo”. Con argumentos reales y fantásticos creó el más grandioso corpus literario acerca del curioso prócer paraguayo y americano.
Pues, Francia, de increíble personalidad –perseguido hasta después de muerto por la oligarquía colonial y criolla desplazada por su política– echó las bases para el edificio de una patria emblemática en soberanía e independencia económica.
Al grupo de escritores se une ahora Gilberto Ramírez Santacruz, quien con veraces consideraciones sintetiza su pensamiento e indica algunas leves inexactitudes conceptuales y
personales de Roa. Con ironía nubosa Ramírez Santacruz refiere aquel ingrato poema de Roa, guiado por un optimismo apresurado y único, que lo canceló rápidamente la realidad.
Aumenta el valor de la obra de Ramírez Santacruz al enriquecerla con hechos históricos no muy lejanos: la prolongada vigencia del stronismo y los que guardan relación con la lucha latinoamericana por su segunda independencia.
Estimo que el texto, en tanto narrativo como teatral: ¡curioso cuento!, concreta el cometido que el autor se propuso, como es el de elevar el valor histórico del Dr. Francia, paradigmática personalidad por su entereza, patriotismo y honestidad, que es todo un ejemplo para propios y extraños.
Podríamos decir finalmente que el aporte de Gilberto Ramírez Santacruz, viene a contribuir, quizás enriqueciendo con nuevos ingredientes, la valiosa obra literaria de Augusto Roa Bastos y en consecuencia redunda en un justo homenaje al autor de Yo el Supremo. Y quizás también, sin proponerse, esta obra responde al desafío lanzado por Carlyle, después de leer toda la infamia perpetrada por los Rengger, Lonchamp y Robertson, al decir que Rodríguez de Francia fue “alguien infrecuente para la mentalidad europea, poco menos que una quimera, a lo sumo el planteo de un enigma que todavía está por resolverse.
Pero no hay que perder todavía la esperanza de que, de aquellas regiones, pueda venirnos una verdadera vida de Francia. Si llega a surgir algún escritor de genio, queda desde ya invitado a acometer la empresa”.
Luis María Martínez
(Marzo de 2015