Nancy Areco
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El 3 de septiembre se proyectó «Contradanza, los campos de la guerra». Fue el tercer documental sobre Paraguay en exhibirse en el cineclub Pólis de São Paulo. La primera se realizó el día 4 de junio con «Paraguay: río de olvido, caudal de esperanzas» del director francés Gregory Schepard, la segunda muestra fue el día 24 de julio con «Los paraguayos» de Marcelo Martinessi.

“Contradanza”, dirigida por Manuel Cuenca, conocido periodista, realizador y productor de televisión y cine, es una recopilación de varios documentales realizados para la televisión paraguaya, entre los años 2005 y 2008, sobre la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza, recorriendo los escenarios de la guerra, desde a llegada del entonces coronel Francisco Solano López a la ciudad de Pilar, Departamento de Ñeembucú (frontera con la Argentina) en 1845, hasta la retirada de las tropas paraguayas de Humaitá en 1868

ARGUMENTO
Mezclando el documental con la ficción, el filme se inicia con el romance de Francisco Solano López, todavía con 18 años, con una habitante de la ciudad pilarense, Juanita Pesoa, de 16 años. Él la corteja danzando la popular «Contradanza. Se genera entonces una «Contradanza» trágica que cambia el destino de los protagonistas. La acción pasa de Humaitá (Cuartel General del Mariscal durante la Guerra), a los campos de batalla, donde ocurrió la destrucción y la muerte del país.

ACTORES
Los papeles principales están a cargo de jóvenes pilarenses como Daniel Giménez (Mariscal López), María Fernández (Juanita Pessoa) y Ruth Encina (Madame Lynch). Todos los actores son integrantes del Ballet Municipal de Pilar, que en su primera actuación ante las cámaras, aceptaron el desafío de contar la historia de su región, vista por ellos mismos.

DEBATE
El público que asistió al cineclub pudo apreciar en imágenes el sur del país, las fortificaciones paraguayas, lo que quedó de la iglesia de Humaitá que fuera utilizada como Cuartel General por el Mariscal López y los diferentes campos de batalla donde se vivió la muerte y la destrucción de la patria.

Al finalizar la sesión se realizó el tradicional debate donde varias opiniones pudieron ser escuchadas:

Eder Augusto Giménez, joven oriundo de San Lorenzo, trabajador del rubro de la costura en el barrio Bom Retiro manifestó: «Nosotros los paraguayos necesitamos valorizar más a nuestros antepasados porque conocemos muy poco sobre ellos. Necesitamos que se enseñe mejor en las escuelas públicas nuestra historia»

A Mario Villalba, de nacionalidad brasileña, le interesó mucho el documental «muchas cosas que se encuentran allá (Pilar) son de interés del Brasil, principalmente porque muchos brasileros también murieron en esa batalla y la mayoría era simplemente esclavos que tenían la promesa de la libertad»

Humberto Jara, artista plástico paraguayo pidió un minuto de silencio en respeto a los inocentes que cayeron sin distinción de nacionalidad y que sirva de lección para que nunca más en nombre del patriotismo se cometa tamaña barbaridad. Comentó que de todos los paisajes que mostró el video lo que más le gustó fue ver al río Paraguay «este río que sigue corriendo como si fuese llevar todo lo ocurrido y traer nuevas esperanzas a nuestro querido Paraguay»

La religiosa Paula Gobbi de la congregación Hermanas de San José, sostuvo que «el audiovisual tiene un mensaje fuerte, la de un pueblo mirando de frente su historia, por más dolorosa que sea, en busca de un futuro diferente»

Enrique de los Santos, hijo de paraguayos dijo que el trabajo de Manuel Cuenca le dejó un mensaje de preocupación “se está olvidando la historia del Paraguay, muy poca gente la conoce. Ojala venga un gobierno paraguayo realmente interesado en la educación del pueblo como lo señaló un protagonista del documental “un pueblo sin conciencia de su pasado no tendrá futuro”.

Cabe destacar que “Contradanza” muestra claramente el estado de abandono en que se encuentran varios lugares importantes de nuestra historia nacional, situación que es denunciada y reclamada a las autoridades por varios pobladores del departamento del Ñeembucú.