Hoy 6 de septiembre de 2016 cumple 102 años el Patriarca de la cultura guaraní y la solidaridad, Don Carlos es el único sobreviviente de esa extraordinaria generación de artistas pioneros radicados en Bs. As. que colocaron en un privilegiado sitial a la música Paraguay , y de donde se difundiera a nivel mundial.
Médico, poeta bilingüe, nació en la localidad de Isla Valle, compañía de Areguá, el 6 de setiembre de 1914
Ejerció su profesión en el Hospital Alvear tendiendo su mano generosa a todos sus compatriota. El alejamiento de su patria era físico, nunca lo olvidó tanto es así que la lengua guaraní lo aprendió en el destierro, convirtiéndose luego en el poeta, preocupado por las inequidades sociales, económicas y políticas de su patria. Se casó con la única mujer que amó: Eva García Parodi, quien hasta ahora lo acompaña.
Diez años menor que José Asunción Flores, compartió con el maestro no solo el amor al terruño, ya que ambos estaban exiliados en Buenos Aires, sino también la pasión por el arte de la música y la poesía, realizando en conjunto obras que han llegado a ser verdaderos clásicos del repertorio musical nativo. A principios de la década del cincuenta creó, juntamente con José Asunción Flores, una de las obras fundamentales de la música paraguaya actual: el famoso «Ñemity» («Cultivar», en español; con letra de él y música de Flores), un verdadero canto de esperanza y grito de libertad de los campesinos compatriotas, labradores de la tierra.
De pequeño se trasladó a la localidad argentina de Formosa, donde empezó a recorrer el camino del conocimiento, realizando sus estudios primarios. De Formosa, posteriormente, se trasladó a la ciudad de Concepción del Uruguay, donde continuó sus estudios, recalando finalmente en la capital del Río de la Plata, Buenos Aires, donde prosiguió su carrera en la Universidad Nacional, hasta acceder al título de doctor en medicina en 1940.
Residió en la Argentina casi toda su vida y durante todo ese tiempo ha sido médico obligado y refugio espiritual de miles de compatriotas allí exiliados y, en particular, de escritores y músicos como Hérib Campos Cervera, Mauricio Cardozo Ocampo, José Asunción Flores, Epifanio Méndez Fleitas, Severo Rodas, Demetrio Ortiz, Augusto Roa Bastos y muchos otros– que por diversas razones habían tenido que dejar su país. Este médico-poeta a quien Hérib Campos Cervera dedicara su poema más conocido («Un puñado de tierra») y para quien Augusto Roa Bastos escribiera los versos de «Saludo a Carlos F. Abente» (1947), empezó a hacer poesía desde muy joven.
También es autor de cuatro poemarios en guaraní: Che kirirï asapukái haguã (1990; Para gritar mi silencio) en 1990; Kirirï sapukái ( Grito del silencio)en 1995; Sapukái (Grito), poesías inocentes en 1997 y Sapukái sunú (Grito de Trueno) en el 2001.
Su bella prosa en guaraní nos demuestra que es uno de los poetas con más sensibilidad hacia los problemas cotidianos y sociales de nuestro pueblo, y, a pesar de haber ido del país con apenas tres años de edad, su idioma nativo lo acompañó siempre y fue una de sus principales herramientas utilizadas para transmitir en sus poemas sus sentimientos y emociones en ese lenguaje tan cálido y tan apegado a él y a sus compatriotas paraguayos.
El Dr. Carlos Federico Abente fue condecorado por el gobierno paraguayo con la Orden Nacional al Mérito en el grado de “Gran Cruz”, en un acto se realizado en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país el 24 de noviembre de 2009.
Don Carlos, verdadero el héroe civil que cualquier país del mundo quisiera poseer y ejemplo en que deberían reflejarse las generaciones futuras
Armando Luis Acosta
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