Todos, Alguien, Cualquiera y Nadie…

Hay un viejo cuento con cuatro personajes:

Todos, Alguien, Cualquiera y Nadie.

Ocurre que había que hacer un trabajo importante, y Todos sabían que Alguien lo haría.

Cualquiera podía haberlo hecho, pero Nadie lo hizo.

Alguien se enojó cuando se enteró, porque le hubiera correspondido a Todos.

El resultado fue que Todos creían que lo haría Cualquiera, y Nadie se dio cuenta de que Alguien no lo haría.

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¿Cómo termina la historia?

Alguien le reprochó a Todos porque en realidad Nadie lo hizo lo que hubiera podido hacer Cualquiera.

Esta historia plagada de desencuentros y malos entendidos es algo más que un destrabalenguas, es el símbolo de las personas que integran sociedades no debidamente articuladas y con responsabilidades diluidas. 

Cada uno de estos cuatro personajes llevan en síntesis la imagen de estructuras amuralladas y parceladas en sus compromisos y malamente comunicadas entre sí. Hay un dicho que dice: MUCHOS RESPONSABLES, NINGÚN RESPONSABLE.

Es, en síntesis, la descripción de la responsabilidad diluida porque nadie la asume en sí mismo.

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(Lo que acaban de leer, es un fragmento del artículo escrito por Carlos Besanson en el “Diario del Viajero” N° 411, del 15 de marzo de 1995, transcripto por este periódico en sus ediciones de febrero del año 1996. marzo del 2002 y tres veces más)

En esa última vez habíamos dicho que esta recurrencia a ciertos temas no era caprichosa ni antojadiza. 

Y que respondía simplemente a la intención de refrescar la vigencia de un VIEJO VICIO que no ha podido superarse y constituye, quizá, el meollo del fracaso de los más ambiciosos proyectos que han encarado y encaran instituciones o grupo de personas dentro de nuestra comunidad. 

E insistíamos en la necesidad de desterrarlo con actitudes serias y responsables, que conduzcan finalmente a un cambio de rumbo esperanzador y promisorio.

¿SERÁ EL 2024 EL TURNO DE LA RECUPERACIÓN DE “CASA PARAGUAYA DE BUENOS AIRES”?