Coronavirus: el/ los Consulado/s en Argentina… ¿ayudan o no?
(Para que el lector saque sus propias conclusiones, a continuación comentaremos lo que se dice, se conoce y lo que no se sabe o no se publica):
Dado que muchísimos de nuestros ciudadanos del Paraguay tienen parientes o familiares en Argentina (y viceversa), lo natural es que haya un nutrido intercambio poblacional entre ambos países por motivos diversos, tendencia que se acentúa en la época de vacaciones.
Pero esta vez, antes de que termine el verano, el diablo metió la cola porque se vino una epidemia de salud –imprevista e impensada- que paralizó la actividad social y económica en todo el mundo.
Lo que asimismo, impidió la posibilidad de regreso a su país de origen de los viajeros de ambos lados de nuestra frontera (cerrada en ambos sentidos) quienes, forzosamente, quedaron varados en el país dónde se encontraban en ese momento.
Esto hizo que, pasado el tiempo, los cientos de personas afectadas quisieran retornar al terruño a la máxima brevedad, algunos aduciendo razones atendibles y válidas y otros simplemente porque “ikueráima hikuai” de esta indeseada cuarentena.
Cómo consecuencia necesaria, era lógico suponer que los mismos recurrirían a los buenos oficios de nuestros consulados entre cuyas funciones figura atender y velar por los intereses de los connacionales en el lugar donde están acreditados. Especialmente a los más desguarnecidos.
¿Resultado? Los reclamos y las solicitudes de ayuda y asesoramiento se multiplicaron. A la mayoría de las cuales, los consulados dieron curso con prontitud. En dos aspectos: repartiendo solidariamente víveres entre los más vulnerables y evacuando las consultas a la vez de facilitar la documentación pertinente para el traslado de nuestra gente a nuestro país.
Este operativo humanitario pudo llevarse a cabo gracias al trabajo mancomunado entre el Poder Ejecutivo Nacional que tomó medidas de resguardo efectivo armando la estructura sanitaria apropiada para la recepción y atención a los ‘repatriados’, la coordinación con otros organismos estatales, principalmente el Centro de Coordinación Interinstitucional (CCI/Codena).
También merece nuestro agradecimiento -y es digno de aplauso- el invalorable aporte del gobierno argentino para agilizar el papeleo necesario para circular en las rutas que unen su territorio con el nuestro.
A la fecha, de los 10 mil paraguayos que regresaron al país desde el exterior, por diversos medios de transporte, el 25% proceden de la Argentina. Y se prevé que mil conciudadanos más retornen -desde el mismo origen- en este mes y el que viene.
Hasta aquí, todo lo dicho más arriba es lo que se dice y se conoce que puede ser corroborado en cualquier medio de prensa. Especialmente en la información consular que se difunde en los facebook de los consulados del Paraguay en Bs. As, La Plata y San Justo a los que, dicho sea de paso, felicitamos porque han mejorado ostensiblemente la orientación a nuestra comunidad residente en Argentina y el mundo. Este tipo de comunicación institucional no se ha visto en más de medio siglo.
Ahora contaremos lo que también ocurre y no se sabe o no se publica.
1) los funcionarios y personal de los consulados realizan sus tareas sin importarle el exceso de tiempo que utilizan para tal fin y sin cobrar remuneración extra…
2) como los recursos enviados por el gobierno nacional para solventar los enormes gastos y costos de esta emergencia sanitaria y social, muchas veces resultan insuficientes, los integrantes del consulado, sean oficialmente nombrados o simples contratados, ponen voluntariamente de su propio bolsillo lo que hace falta para cubrir necesidades insatisfechas.
3) muchos de los retornados son portadores del coronavirus ya que el testeo es realizado solidariamente por el personal consular que no es profesional de la salud.
4) el punto anterior está en vías de solución debido a que la representación diplomática del Paraguay, han solicitado a las autoridades argentinas la solución respectiva, petición que fue recibida con buena predisposición.
Finalmente, debemos destacar la ejemplaridad de la conducta y el comportamiento que han asumido una inmensa cantidad de nuestros connacionales quienes han interpretado la gravedad de la inédita situación planteada y obraron en consecuencia.
Tampoco olvidamos a los que han planteado objeciones y disconformidad a través de de las redes sociales y otros medios, porque el derecho a expresarse es sagrado y nuestro típico plagueo también.
(Convocamos a los unos y a los otros a festejar juntos el día del Amigo el 20 de julio y el 30 de julio «Día Internacional de la Amistad» que naciera en Puerto Pinasco, Chaco paraguayo, a instancias del l Dr. Ramón Bracho allá por el año 1958. Ojala para esa fecha ya no haya cuarentena para hacerlo en forma presencial o, si no se levanta, saludarnos en forma virtual con buena onda).