La caravana de promeseros, aún más extensa que las que ascienden la loma de Caacupé de nuestro país, ocurre en el exterior donde residen los feligreses paraguayos devotos de la Virgen Serrana.

No existe un sitio en el mundo en que los 8 de diciembre de cada año no explote la devoción que nuestros compatriotas sienten por la Virgen Milagrosa de Caacupé.

En Argentina, especialmente en la ciudad de Buenos Aires, las parroquias ubicadas en Barracas, Retiro, La Boca, Caballito y otros barrios, como asimismo las que tienen su Iglesia en Berazategui, Francisco Solano, Quilmes, Villa Scasso, La Plata y zonas aledañas, se ven colmadas de devotos que veneran a la Virgen Azul.

Así protagonizan una verdadera jornada espiritual que les renueva la fe católica y los prepara para la llegada del Niño Dios en la Natividad del Señor.