En “realidad”, la idea ya se está haciendo “realidad”: la refacción del edificio está avanzando a pasos agigantados.

La iniciativa no solo fue y es buena en su concepción sino que también demuestra  que nuestra Cancillería está llevando a cabo una política de Estado en el cumplimiento de sus objetivos. Esto es, dar continuidad al proyecto anunciado el año pasado por el entonces Embajador del Paraguay en Argentina y actual Viceministro de Relaciones Exteriores, Dr. Federico González Franco. 

Él había dicho –poco antes de asumir como vicecanciller-  que en el curso del 2018 tendríamos un Centro Cultural del Paraguay en la ciudad Buenos Aires,  y que el lugar destinado a tal fin era – es-  la  residencia del Embajador ubicada en la calle Tucumán de la capital argentina. Y reconforta comprobar el cumplimiento de la palabra empeñada.

A decir verdad, este edificio en los últimos 20 años fue muy poco utilizado como residencia del Jefe de nuestra diplomacia, debido a que su estado de conservación no era el adecuado y cada Embajador que quisiera habitarla, tenía que ponerlo en condiciones para su uso, cuyo costo era altamente oneroso en todos los sentidos de la palabra.

Ante este panorama, nuestra cancillería tomó el toro por las astas y resolvió de una vez por todas, crear en  el mismo un Centro cultural integral de nuestro país que incluirá una biblioteca/hemeroteca, un salón de exposición donde se expondrán obras de nuestros artistas plásticos, las riquezas de las artesanías típicas, la difusión turística de nuestro país, un salón auditorio amplio apto en que se realicen  todo tipo de conferencias, charlas, encuentros y eventos que consoliden las relaciones argentino-paraguayas, donde nuestros compatriotas y la sociedad toda tengan un punto de referencia serio e importante. 

La residencia se construyó en 1920, consta de tres plantas y había sido donada al Estado paraguayo en el año 1953 por Carlos Hillner y Decoud en memoria de su madre Petrona Decoud y Egusquiza, quien fuera una de las Residentas que acompañaron al Mcal. López en la Guerra Guasú.

La puesta en valor arquitectónico esta bajo la dirección del actual Embajador, Ing. Julio César Vera Cáceres, con quien habíamos conversado sobre el acierto que constituye este emprendimiento.

La inauguración, primeramente estaba previsto en los papeles para el mes de agosto, pero dada la envergadura del proyecto y las dificultades e imprevistos que surgen sobre la marcha hace que esa fecha sea poco viable. Pero como somos optimistas incurables, afirmamos categóricamente  que la misma podrá ser a ‘más tardar’ para diciembre de este año. Esto, al menos es nuestro más ferviente deseo.

Nosotros hemos estado varias veces en el “viejo” edificio al cual también hace poco, fuimos a conocer qué y cómo se desarrollaba el plan de mejoras y observamos un gran cantidad de trabajadores que –con fruición- llevaban a la práctica lo previsto por el estudio de arquitectura responsable de lograr el objetivo.

El interior estaba semi “destruido” porque todo se estaba haciendo de nuevo. Vale decir, se tenía que comenzar de cero, manteniendo la estructura original pero reforzandola a la vez donde el deterioro indicaba tal acción.

Tenemos varias fotos captadas durante la última visita, pero no la publicamos pensando que tal vez nuestra representación diplomática querrá hacer un impreso explicativo donde se  muestre el antes y del después de este importante proceso de cambio y renovación efectuado.