Si en algo se caracterizan los centros y organizaciones paraguayas en la Argentina, es la capacidad de superar y sobreponerse a las circunstancias adversas, traumáticas y/o a los cambios drásticos que suelen ocurrir en su funcionamiento institucional

Situaciones que, en los últimos tiempos, han sucedido en forma frecuente, de los cuales, afortunadamente, encontraron la vuelta para salir airosos de los mismos y seguir proyectándose al futuro.

A este “aguante”, le han dado un nombre: “resiliencia”.

Por eso hemos titulado esta nota “Resurgimiento del Centro Guaireño, ejemplo de resiliencia”.

Podemos dar muchos ejemplos de los casos ocurridos en nuestra comunidad, pero hoy solamente nos referiremos al “Centro Amigos Guaireños de La Matanza”, que el 26 de mayo cumplió el 31° aniversario de su fundación y lo celebró anteayer domingo 12 de junio, justo el día de la firma del protocolo de la Paz del Chaco.

No vamos a enumerar los avatares y vicisitudes esta institución en su larga travesía que, sin duda, han sido muchas.

Hoy simplemente queremos poner énfasis en las personas –dirigentes, socios y amigos de todas las nacionalidades- que constituyen la savia vital que hace posible la continuidad de la asociación, las cuales sobrellevaron la responsabilidad y la carga de mantener el funcionamiento de la misma.

Gracias a ellas y ellos, la institución ha podido festejar -a lo grande-sus 31 años de vida en su sede propia, libre de deudas cualquiera sea su naturaleza.

A estos hombre y mujeres que “inventaron e inventan” un hueco en su tiempo para trabajar en forma voluntaria que, inclusive, contribuyen muchas veces con aportes monetarios teniendo como su único interés, el conservar el patrimonio societario para seguir brindando a la comunidad un sitio de reunión y un sentido de pertenencia.

A todos ellos, gracias por su esfuerzo y dedicación. AH… ¡Y NUESTRAS MAS FERVIENTES FELICITACIONES!