Misa por Isidro Méndez Chávez

Amigos y familiares del que fuera presidente de Casa Paraguaya de Bs. As.  desde el año 2006 hasta el 29 de septiembre de 2017, día de su fallecimiento, invitan a la misa que en su memoria se celebrará el domingo 30 de septiembre a las 11:30 horas, en la Parroquia Nuestra Señora de Caacupé ubicada en la Av. Osvaldo Cruz 3470 del barrio de Barracas, ciudad de Bs. As.

Aquí, diciendo su discurso en el «Foro Bioceánico Bariloche» realizado el 12 de septiembre de 2013 en la legislatura de Río Negro: “juntos llegamos más lejos”, dijo en esa oportunidad.

 

Durante su mandato fue construida la actual sede de la institución que le dotara una fisonomía edilicia moderna, la cual fue  inaugurada el 14 de agosto del 2010 y constituye el legado material más valioso de su paso por la entidad que, sumado a la intensa actividad cultural que impuso a la Casa, son motivos de orgullo para los socios en particular y para los paraguayos residentes en Argentina en general. 

Había nacido en Yuty, Departamento de Caazapá en el año 1951 , vino a Bs. As en 1969 en un ómnibus de la Empresa Godoy que en aquel entonces tenía su terminal en plaza Once. Ahí  un lustrabotas no solo le indicó cómo llegar a su destino sino que también le pagó su pasaje, porque según él había llegado a Bs. As. «sin un peso».

El 2 de diciembre del año pasado Casa Paraguaya de Buenos Aires, otorgó a Isidro Méndez Chávez, una plaqueta de agradecimiento post mortem

Y cómo ocurre con todos los recién llegados, tuvo que pagar su “derecho de piso”:  primeramente ofició de ayudante de cocina, de mostrador y mozo en un restaurant hasta que encontró un trabajo en la construcción que marcaría su futuro laboral y empresarial. El había estudiado en la escuela técnica ITEA, en Ramos Mejía, para maestro mayor de obra.

Posteriormente, a los 24 años, fue contratado como supervisor de obras en San Carlos de Bariloche ciudad en la que estuvo tres inviernos. A su regreso a Bs. As. cotizó y construyó un edificio en Palermo que lo convenció a quedarse permanentemente en la capital porteña donde desarrolló toda su carrera hasta que llegó a Casa Paraguaya en 1972 de la mano de Ángela Pedrozo una connotada compatriota socia de la institución. Llegó a integrar el cuerpo de baile dirigido en ese entonces por el prestigioso cantautor paraguayo Demetrio Ortiz.

Como persona concitó -durante su paso por la vida- adhesiones y detractores en similar medida, pero nunca olvidó sus orígenes ni a su pueblo.