Lamentable hecho en el Consulado Paraguayo

Ayer domingo, en horas de la tarde, una persona protagonizó un hecho lamentable frente la sede del Consulado Gral. del Paraguay en Argentina, situada en Capital Federal. Un hombre diciendo ser el Dr. Soler, había descendido de un taxi proveniente de una localidad de la Provincia de Bs. As.

 Al descender del taxi, procedió a golpear la puerta de la sede consular, tocando el timbre en forma reiterada sin respetar –o sin saber- que los domingos no se atiende al público pues permanece cerrado.

A posteriori, cuando el encargado del edificio ante la insistente llamada abrió la puerta para preguntarle que se le ofrecía, grande fue su sorpresa cuando el visitante le exigió que lo dejara ingresar, aduciendo que él era amigo y uno de los asesores del Embajador paraguayo Gabriel Enciso.

La persona que lo atendió, le preguntó entonces cual era el motivo de su presencia, si cual era su necesidad, a lo que el hombre respondió: “les ordeno en nombre del embajador pague el taxi en el que vine”, cuestión que sorprendió de sobremanera al encargado quien le dijo que no tenía autorización alguna para ello,  tras lo cual el sujeto en cuestión montó en cólera y empezó a proferir todo tipo de improperios, haciendo alarde de su condición de su papel de asesor de nuestra embajada.

El hombre, se encontraba en evidente estado etílico, con la vestimenta desacomodada, la camisa desprendida y con un vaso conteniendo la bebida espirituosa en la mano (según puede observarse en la foto) y totalmente fuera de sí.

RECLAMO DEL TAXISTA AL 911
Cuando el taxista que lo trasladó se dio cuenta de que su pasajero no iba a encontrar los medios para pagar el importe resultante del viaje, llamó al 911 de la Policía Federal, lo que motivó que minutos después de hiciera presente personal de la fuerza pública e interviniera a mediar para que este señor honrara su deuda por el servicio que había utilizado. Lo reclamado orillaba la módica suma de $ 600 (pesos seiscientos)

Pasada aproximadamente una hora, apareció un enviado misterioso que pagó la cuenta y se llevó casi a los tirones a este «ilustre personaje».