Hospital paraguayo en Argentina: “Todos, Alguien, Cualquiera y Nadie!»…

Lo que leerán a continuación, es un artículo escrito por el Dr. Carlos Besanson y  publicado en el “Diario del Viajero” N° 411 del 15 de marzo de 1995, transcripto por el periódico “Paraguay ñane retã” en sus ediciones de febrero de1996 y marzo del 2002.

En esa última vez habíamos dicho que esta recurrencia a ciertos temas no era caprichosa ni antojadiza 

Y que respondía, simplemente, a la intención de refrescar la vigencia de un viejo vicio que no ha podido superarse y constituye, quizá, el meollo del fracaso de muchos proyectos que han encarado y encaran las instituciones de nuestra comunidad paraguaya en Argentina. El más ambicioso de ellos, la construcción de un hospital paraguayo en argentina. (alguna vez comentaremos los avatares omitidos en el artículo “Círculo Argentino Paraguayo de Médicos: reseña de un sueño paraguayo en Bs. As”. publicado en la página el 28/07/2016 y repetido en Facebook el 17/11/20)

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VEAMOS: 

Hay un viejo cuento con cuatro personajes: Todos, Alguien, Cualquiera y Nadie…

Ocurre que había que hacer un trabajo importante, y Todos sabían que Alguien lo haría. Cualquiera podría haberlo hecho, pero Nadie lo hizo. 

Alguien se enojó cuando se enteró, porque le hubiera correspondido a Todos. 

El resultado fue que Todos creían que lo haría Cualquiera, y Nadie se dio cuenta de que Alguien no lo haría.

 ¿Cómo termina la historia?… 

Alguien reprochó a Todos porque en realidad Nadie hizo lo que hubiera podido hacer Cualquiera 

Esta historia plagada de desencuentros y malos entendidos es algo más que un destrabalenguas, es el símbolo de personas que integran sociedades no debidamente articuladas y con responsabilidades diluidas. Cada uno de esos cuatro personajes llevan en síntesis la imagen de estructuras amuralladas y parceladas en sus compromisos y malamente comunicadas entre sí. Hay un dicho que afirma: muchos responsables, ningún responsable.

 Es, en síntesis, la descripción de la responsabilidad diluidaporque nadie la asume en sí mismo.

 Hoy en día un buen libretista podría hacer con los personajes del título de esta nota toda una historia aplicada a los acuerdos y desacuerdos de los distintos poderes de la República que negocian sus responsabilidades y participaciones en los momentos de crisis. Sería, sin lugar a dudas, una pieza maestra del grotesco en la cual Todos nos tratan como a Cualquiera y nos consideran un don Nadie, cuando en realidad deberíamos sentirnos como Alguien que es, y no meramente un nombre y número de documento registrado en el padrón electoral. 

Cuando el habitante de un país no asume cotidianamente la titularidad del rol de ciudadano, se convierte de hecho en un esclavo fortuito de tramas y normativas sobre las cuales su opinión no ha sido claramente pulsada.

El considerar que sólo en las consultas electorales el ciudadano debe manifestarse, implica una tácita condena al mismo a una especie de hibernación política. 

Los ciudadanos de hoy tienen el compromiso familiar, de preservar para la generación que nos sucede, la validez de un preámbulo constitucional, que tenga la vigencia de una realidad aceptable, y no la ensoñación de una utopía irrealizable. Porque no necesitamos salvadores de la Patria, sino responsables que cumplan con los compromisos adquiridos. 

Carlos Besanson