Declaración del “Congreso Permanente de la Migración Paraguaya en la Argentina”
El tema del empadronamiento automático a partir de la mayoría de edad en forma universal se ha convertido en un objetivo central para el futuro de la democracia paraguaya y para la aplicación de iguales derechos a todos los ciudadanos de nuestro país, especialmente para aquellos que forman parte de nuestra gran comunidad migrante.
El principal obstáculo para los cambios en relación a este tema es el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) de la República del Paraguay, que insiste en el obsoleto método del empadronamiento manual voluntario, pues con eso justifica la presencia de más de 1500 funcionarios de planta y una cifra de 8000 “contratados”, planilleros, o punteros que de este modo debe pagar el Estado paraguayo. Han llegado a ser 17.000 y para volver a tener esa cifra de contratados se les aceptó un refuerzo, aprobado en Diputados, de 50 millones de dólares, actualmente en tratamiento en el Senado. También han recibido un aumento por asumir la presidencia pro tempore de los Consejos Electorales del Unasur.
Alegando falta de presupuesto, el TSJE ha decidido no inscribir en el 2012 en el exterior, medida discrecional y anticonstitucional.
Se le consiente todo. Lo que acaba de colmar la medida es el pedido del TSJE de 15 millones de dólares para abrir oficinas en el exterior, cuando ya existen embajadas y consulados en todo el mundo, esto incluido en el refuerzo del presupuesto de 50 millones de dólares. Esto es abiertamente ilegal, pues el Código Electoral Paraguayo lo prohíbe. Solo pueden actuar en territorio nacional, considerando como tal en el exterior, las embajadas y consulados.
La pretensión de crear una tercera estructura en el exterior es irracional. Algo concebible para un país que tiene otras prioridades, como en todo caso reforzar los presupuestos sociales.
Quieren fingir que “empadronan”, como sucedió en la Argentina donde en un corto plazo de 40 días a fines del año 2011, enviaron 14 funcionarios para empadronar a casi 600.000 personas: finalmente empadronaron a 14.700.
Es evidente que es necesario modificar de raíz al TSJE y habilitar a las representaciones consulares a empadronar.
En todo caso reforzar estas estructuras, perfectamente idóneas. Por ejemplo, el Estado italiano obliga a las representaciones consulares a llevar un censo permanente de los residentes en el exterior que, cuando hay convenio con el país de residencia, permite el voto del residente en el exterior por correo. Las estructuras consulares, que deberían ser reforzadas, cumplen con todos los requisitos de idoneidad para llevar un censo permanente que suponga la inmediata incorporación al Registro Cívico Permanente y al padrón electoral.
El control partidario de estas estructuras les quita el componente de imparcialidad imprescindible.
Es elemental. El TSJE debe ser transparente e imparcial, cosa imposible con miles de planilleros y punteros que promueven sus intereses partidarios por sobre los generales, lo que es totalmente desaconsejable
Se trata de un modelo partidocrático, de una democracia restringida, que deja a millones de electores afuera con total impunidad, con lo cual sesgan, deforman, y condicionan los resultados electorales.
Es preocupante que el TSJE, cuya credibilidad ha quedado seriamente afectada por su decepcionante «empadronamiento» en el exterior, pretenda continuar adelante sin cambios. El resultado fue el esperable, con la inscripción de una ínfima parte de los potenciales electores. Es notable el cinismo de sostener que eso se debió a la falta de interés de los compatriotas, cuando decidieron ir a solo tres países, dejando afuera de posibilidad alguna a los connacionales del resto del mundo. Brasil, por ejemplo, país limítrofe y con una importante colectividad paraguaya, no mereció la menor atención.
Una actitud muy cuestionable por parte del TSJE, que se maneja en forma arbitraria de acuerdo a mandatos partidarios. Representa toda una mentalidad política, anclada en el pasado y que se resiste a los avances democráticos.
Insistimos que el TSJE debe ser independiente, transparente, creíble e imparcial, dando garantías a todos los electores. No es su situación actual.
Saludamos como un enorme paso adelante la reciente aprobación de la ley 4559/11 de empadronamiento automático para quienes cumplen la mayoría de edad, pero que se debería reglamentar para todos los mayores de 18 años, para que no sea excluyente.
También, insistir en que la democracia no es una cuestión de edad: hay cientos de miles de electores en el Paraguay fuera del padrón, lo cual afecta la representatividad de las instituciones y es contrario a expresos mandatos constitucionales. El reciente caso de la enmienda del artículo 120 de la Constitución Nacional, que habilita el voto del exterior, invalidado de facto por el TSJE, es un caso evidente del incumplimiento de un principio constitucional.
Puede parecer muy elemental, pero es evidente que el cumplimiento de la Ley Supremade la Nación no es optativo y que las leyes y Códigos no pueden entrar en contradicción con ella.
Menos, que un organismo como el Tribunal Superior de Justicia Electoral, decida por “limitaciones presupuestarias” incumplir la Constitución Nacional e impedir, con argucias operativas, el ejercicio del derecho del elector.
Condenamos severamente estas prácticas no democráticas y lucharemos contra ellas con todas nuestras fuerzas. También, la malicia que atribuye estos “gastos” a nuestra condición de migrantes, olvidando que las remesas, un cuantioso flujo directo de ayuda desde el exterior a los familiares que permanecen en el Paraguay, reconocido y aceptado como tal, es de cientos de millones de dólares anuales.
Creemos que el Poder Ejecutivo debe restablecer equilibrios que hoy vemos perdidos y vetar, sin más trámite, este saqueo de las exiguas arcas del estado paraguayo y propiciar el Empadronamiento Automático y Universal, de bajo costo, haciendo los convenios necesarios para el acceso a las bases de datos existentes en los países del Mercosur, en particular la República Argentina, donde nos consta que existen censos oficiales y se concentra la mayor población migrante paraguaya del mundo. Además, utilizar las que ya tiene el Paraguay. Esto no tendría costo económico alguno, más que la voluntad política de llevarlo adelante. Esto exigimos como ciudadanos comprometidos con el futuro de nuestro país.
Comité Ejecutivo
Buenos Aires, 13 de abril de 2012
El PUEBLO SOBERANO DEBE EXIGIR SU DERECHO A ELEGIR
En Paraguay rige una democracia de fachada, porque aunque tenemos elecciones libres, hasta ahora la gente se ve impedida de ELEGIR a sus candidatos a causa de la tramposa ley de las “listas sábana”, una nefasta herencia política que impide que en nuestro sistema de gobierno funcionen las estructuras políticas que consagran los principios de la verdadera democracia. La prueba más fehaciente de esta renquera política es que hasta ahora, todavía seguimos impedidos de elegir a nuestros representantes, resignándonos a votar por los operadores políticos que se nos imponen desde las corruptas cúpulas partidarias a través de las “listas sábana”. La erradicación de estas debe constituirse en una causa nacional. La correspondiente ley sustitutiva debe ser sancionada antes de las elecciones de 2013. Para el logro de este objetivo tenemos un arma poderosa que los usurpadores de la voluntad popular no podrán resistir por mucho tiempo: nuestro VOTO, de premio o castigo para los postulantes a Presidente de la República y a bancas parlamentarias que apoyen o desoigan nuestro justo reclamo.
Han transcurrido 23 años desde el derrocamiento de Alfredo Stroessner, cuya feroz dictadura mantuvo sojuzgado a nuestro pueblo por más de una generación, lapso fatídico que supera en mucho al tiempo que llevamos viviendo en libertad aunque, lamentablemente, no en verdadera democracia. En efecto, la que tenemos es una democracia de fachada, porque si bien tenemos elecciones libres y razonablemente justas, hasta ahora la gente se ve impedida de ELEGIR a sus candidatos a causa de la tramposa ley electoral de las “listas sábana”, una nefasta herencia política que impide que en nuestro sistema republicano de gobierno funcionen las estructuras políticas que consagran los principios esenciales de la verdadera democracia: soberanía popular, responsabilidad de los gobernantes ante el pueblo, libertad y legalidad.
Por diversas razones históricas, políticas, sociológicas y culturales, los paraguayos nos hemos acostumbrado a la autocracia y a la obediencia pasiva. La prueba más fehaciente de esta renquera política es que hasta ahora, a casi un cuarto de siglo de la caída de la dictadura, todavía seguimos impedidos de elegir a nuestros representantes en el Gobierno, resignándonos a votar por los operadores políticos que se nos imponen desde las corruptas cúpulas partidarias a través de las antidemocráticas “listas sábana”.
Poner fin a esta añeja ignominia política debe ser, desde ahora, un objetivo central de la sociedad paraguaya antes de las elecciones generales del próximo año. La erradicación de las listas de candidaturas arbitrariamente impuestas debe constituirse en una causa nacional; en un compromiso existencial de toda la sociedad paraguaya, sin distinción de banderías partidistas. La correspondiente ley sustitutiva debe ser sancionada antes de las elecciones generales del próximo año. Para el logro de este objetivo tenemos un arma poderosa que los usurpadores de la voluntad popular no podrán resistir por mucho tiempo: nuestro VOTO, de premio o castigo para los postulantes a Presidente de la República y a bancas parlamentarias que apoyen o desoigan nuestro justo reclamo.
Tanto los partidos políticos tradicionales, como los de reciente conformación, son ambivalentes acerca de la democracia; de ahí su férrea oposición a la supresión de tales listas. Lejos de interesarse en políticas que beneficien al país, como antaño –con contadas excepciones– nuestros actuales líderes políticos están mucho más interesados en la política como instrumento para conservar el poder antes que en el poder como herramienta para llevar a cabo una gran estrategia de desarrollo que beneficie al país. De ahí su apego a la falacia del electoralismo y de las listas cerradas que apuntalan una democracia superficial, incapaz de resolver las aspiraciones ciudadanas por la libertad, la justicia y el bienestar.
Para tornar eficaz el arma del voto popular, la ciudadanía cuenta hoy con la ventaja de la globalización de las normas de participación cívica capaces de moldear las aspiraciones democráticas. Los medios masivos de comunicación y las redes sociales de internet, ONG y otras ponen al alcance de los ciudadanos la tecnología para compartir ideas y tácticas, generando así la conciencia pública requerida para forzar a los dueños de los partidos y agrupaciones políticas con representación parlamentaria al inmediato y total desbloqueo de las listas de candidatos a cargos electivos, mediante la promulgación de una ley electoral verdaderamente democrática, dejando de lado los resbaladizos senderos de la política de componendas que practican en la actualidad y cuyos apetitos remplazan a los ideales y principios que proclaman de boca para afuera.
Obviamente, solo una reacción ciudadana en cadena podrá desarticular la cínica complicidad existente entre los líderes de los partidos y movimientos políticos del Paraguay de nuestro tiempo, en nada diferente de aquellos partido jára denunciados por el insigne historiador nacional Blas Garay, a través de la prensa, hace más de cien años. Los tiempos que vive la nación hacen necesario el retorno a la arena política criolla de ese jugador estratégico que es el pueblo, único capaz de derrotar a quienes subrogan indebidamente su democrático derecho de elegir libremente a su candidato a cargo público, sea quien fuere este.
Sin la diseminación y adopción de ideas y opiniones no se puede formar conciencia pública. Mediante los medios sociales de comunicación la ciudadanía y las elites de la sociedad deben articular grupos coordinados de acción que desde ahora presionen y requieran de cada ciudadano autoproclamado como precandidato de su partido o movimiento a la Presidencia de la República que, como condición sine qua non para darle su voto, se comprometa a ejercer presión política sobre sus adherentes que ocupan actualmente bancas en el Parlamento nacional para que voten a favor del desbloqueo total y efectivo de dichas listas.
De idéntico modo, condicionar el voto de sus integrantes a favor de los parlamentarios que aspiran a la reelección legislativa, a la aprobación de una ley que garantice la libre elección de los candidatos por parte de los electores. Como es el Congreso el que tiene la potestad constitucional de sancionar la ley de referencia, debe tenerse en cuenta que actualmente los parlamentarios fungen más como operadores políticos de los líderes de sus partidos antes que como representantes de los electores. Por tanto, su decisión final respecto del proyecto de ley de desbloqueo de listas va a depender de la directiva política que reciban de sus jefes partidarios.
Como lo viene haciendo hasta ahora, la elite política nacional va a seguir resistiendo, hasta donde pueda, con argucias legales, medias verdades y dificultades burocráticas, la ley que la ciudadanía está reclamando con creciente insistencia. El pueblo interesado en la democratización efectiva del país no tiene que cejar en su empeño por lograr una fuerte conciencia pública acerca del democrático derecho de ELEGIR, privativo de cada ciudadano elector. Si esta campaña logra convertirse en causa nacional mediante las redes sociales, la elite política paraguaya, aunque no lo quiera, se va a ver obligada a restituir a los ciudadanos este supremo derecho desde siempre usurpado.
Resumen de la Agenda de Prensa de la delegación del Congreso Permanente de la Migración Paraguaya en Argentina en su Visita a Asunción -Paraguay.
Hoy Martes:
1) 10 hs. En la radio y TV pública en Tekojoja
2) 15 hs. En una ONG con Sra. Marta Ferrara
3) 16 hs. Diario ABC
4) 17 hs. Diario Ultima Hora
Mañana Miércoles:
1) 7 hs. en Radio Nacional del Paraguay
2) 9:30 hs. Conferencia de Prensa frente al Pateón de los Héroes