“Casa Paraguaya en su peor momento”
Un poco de historia: el 11 de mayo del 2001, un socio de la Institución presentó una nota a la Inspección General de Justicia (IGJ), denunciando irregularidades varias de integrantes del Consejo Directivo, solicitando entre otras cosas, la suspensión en sus funciones del Presidente de la Casa Paraguaya de entonces.
Esta fue la primera vez que los supuestos problemas de la Entidad salieron del ámbito institucional, ámbito en el que hasta la fecha de la denuncia y durante 50 años, siempre hubo consenso para encontrar las soluciones pertinentes.
La denuncia formulada, finalmente fue resuelto por la Resolución 0457 que dispuso la celebración de nuevas elecciones celebradas el 4 de agosto de 2003 dentro del local de la IGJ en el cual NO se presentó la lista opositora. a la que pertenecía el impugnador.
Ahora, parece ser que, en teoría, existe un problema similar del cual nos enteramos a través de un programa de radio.
No nos compete ni corresponde introducirnos en temas mediáticos internos ya que nuestra función en informar con la mayor objetividad posible, sobre los acontecimientos que ocurren en nuestra comunidad.
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El hecho concreto destacable ocurrido en este mes es que la Casa Paraguaya de Bs. As. “zafó” del inminente peligro de remate de su sede, ya que sus directivos actuales llegaron a un acuerdo de pago del más importante de los juicios perdidos –son dos-que se habían iniciado hace una década y en cuyo desarrollo se procedió al embargo de la Institución.
Pero esto es solamente una bocanada de aire fresco, un respiro reparador, porque el convenio establece una serie de cinco pagos mensuales a partir del mes de junio, importes que si bien están previstas las fuentes de financiación, aún se tienen que generar –se están generando- los recursos genuinos para abonar la mayor parte la deuda y, en caso de préstamo, la reposición en tiempo y forma de la obligación contraída. Al respecto, mencionemos que aún debe afrontarse la cancelación del segundo juicio, que si bien es menor que el primero, todo suma.
Una pesada herencia sin beneficio de inventario que seguramente la Casa Paraguaya sabrá remontar con su fortaleza moral de siempre, honrando y cumpliendo todos los compromisos asumidos por sus directivos de todas las épocas. Y no creemos que ahora sea la excepción a la regla
Ivai la porte Casa Paraguayape hina, ha la ivaivea o heta yvypora ñañá ombyaiseva tembiapó oñese hagua tevi chi’īgui.