Casa Paraguaya de Buenos Aires: faro que ilumina, estrella que guía…
Hablar de la Casa Paraguaya de Buenos Aires, es hablar de principios, ideales, valores espirituales. Es referirse a la cultura guaraní y su difusión, a los códigos propios de nuestra identidad nacional, a las costumbres y tradiciones, herencia invaluable de nuestros “ypykuera”, venerables ancestros que nos inculcaron el amor a la familia y nos enseñaron el significado de “mbohupá”, hospitalidad y solidaridad con nuestro prójimo/próximo/visitante, a quienes hospedas en tu casa dándoles cama y comida sin condicionamiento alguno.
Casa Paraguaya es un faro que ilumina, estrella que guía, es cobijo, es hogar, templo que cataliza los sueños y añoranzas de nuestra gente, un ámbito de armónica convivencia, un solar de aprendizaje de nuestro acervo artístico y, por supuesto, de nuestro idioma original. También fuente donde germinaron la semilla fundante de instituciones paraguayas relevantes: el Círculo Médico Paraguayo Argentino (26 de julio de 1956), el Club Atlético Deportivo Paraguayo (15 de agosto de 1961) sin olvidar la creación del mítico Círculo Paraguayo de Peinadores.
Es, en síntesis, un tributo tricolor a la Patria lejana que nos viera nacer y aún vive en lo profundo de nuestro sentimiento, mente y corazón.
Hablar de Casa Paraguaya es, asimismo, hablar de proyectos y realizaciones a través de sus 65 años de historia institucional.
Es hablar de hombres, mujeres, socios y amigos que han colaborado con los diferentes Consejos Directivos que han conducido la entidad a través del tiempo, que unidos en un solo propósito, han logrado progresivamente adquirir -en diferentes sitios- propiedades donde establecieron su sede propia con innegables esfuerzos y que ahora, en forma definitiva, funciona en un edificio de cinco plantas ubicado en Chile 1769 casi Av. Entre Ríos, en pleno centro de la Capital Federal.
Con el lema “En vida, hermano, en vida”, el próximo sábado 24 de noviembre, Casa Paraguaya rendirá homenaje a sus ex directivos más antiguos a quienes se les reconocerá su trayectoria, su obrar, su empeño, su voluntad, su sacrificio, determinación y perseverancia para sostener y enaltecer a la Institución”.
Ojalá los ex directivos ausentes -que nos observan desde el más allá- hayan tenido el mismo privilegio…. Para ellos nuestro agradecimiento, nuestra admiración, nuestro recuerdo, nuestras plegarias y un “tupanoi” para que nos sigan cuidando y orientando.
Confiamos en que las autoridades que resulten elegidas en la Asamblea a realizarse el 2 de diciembre próximo, comprendan e interpreten la verdadera esencia de la Casa Paraguaya, sigan el derrotero de sus antecesores en la conducción y, de ser posible, igualen o superen las gestiones anteriores.