Casa Paraguaya de Buenos Aires, con rumbo incierto…
La Casa Paraguaya de Buenos Aires, desde hace algún tiempo, se ha convertido en una especie de espectáculo circense.
Al menos, es lo que se deduce observando la puja mediática engendrada en las redes sociales, donde la mayoría de los participantes tocan de oídas pero que, lastimosamente, hunden a la entidad aún más profundamente en el ya hondo lodazal en el que está inmersa, anulando así cualquier intento de diálogo superador que permita volver a la normalidad.
Forzando el pensamiento, quizá pueda conjeturarse que los causantes de esa situación hayan sido los mismos directivos antiguos que dejaron de lado la tarea de educar a los socios con pretensiones de conducir los destinos de Casa Paraguaya de Bs. As.
A dichos socios, habría que haberles enseñado algo de historia de nuestra institución que muchos de los fungen de dirigentes, no tienen idea de que se trata o, directamente, desconocen alegremente o, simplemente, no les interesa conocer, no precisamente por no saber leer y escribir.
Habría que haberles enseñado que nuestra Casa, en su gestión diaria, jamás tuvo recaudaciones importantes y lo que se obtenía por cobro de socios o realizaciones de eventos apenas cubría los gastos y esto, gracias a la buena administración y honestidad del Consejo Directivo de turno.
Y si los fondos no alcanzaban, algunos integrantes lo cubrían con buena onda sin hacer alharaca ni reclamos posteriores.
También, habría que haberles enseñado que si nuestra Institución logró obtener su sede propia se debió exclusivamente a la iniciativa de sus santos locos y sus luchadores natos que en 1984 formaron –dentro del Consejo Directivo- una Comisión Local Propio para tal efecto que tuvieron la osadía de lanzar bonos con valor dólar, una audacia impensable en aquella época que, sin embargo, tuvo buena repercusión y aceptación dado el objetivo al que estaba destinado y al gran predicamento moral y credibilidad de sus directivos con sentido de pertenencia, que los actuales no la poseen, prefiriendo en cambio practicar un ego desmesurado que les impiden dimensionar la realidad.
Pero sigamos; en el bono inicial y sus posteriores llevaba impreso la consigna “las grandes obras de las instituciones la sueñan los santos locos, la ejecutan los luchadores natos, la disfrutan los felices cuerdos y la critican los inútiles crónicos”.
Así, con lo producido de esos bonos, Casa Paraguaya, logró adquirir en la ciudad de Bs. As. primeramente un departamento en la calle Uruguay. Posteriormente, en 1988, el local de Chile 1769 y en 1992, el terreno aledaño que, al ser unificado ambos, sirvió para terminar de construir en 2010 la sede actual.
También, habría que haberles enseñado que ahí nacieron, entre otros, el Círculo Médico Argentino Paraguayo en 1956, el Deportivo Paraguayo en 1961 y, en otros años, el Círculo Internacional del Folklore, la Asociación de Ex combatientes de la Guerra del Chaco, el Círculo Paraguayo de Peinadores, la Agrupación Teatral Jacinto Herrera, siendo además, protagonista fundamental en la fundación de la Federación de Entidades Paraguayas en Argentina (FEPARA),
También, habría que haberles enseñado que, en toda su trayectoria, nuestra entidad ha sido baluarte de la cultura paraguaya en tierra argentina, con charlas, conferencias, exposiciones pictóricas, peñas musicales, formación de un grupo coral, enseñanza de folklore paraguayo, danzas nativas de ambos países, idioma guaraní, arpa, guitarra, cursos de periodismo/locución para nuestros compatriotas y toda la sociedad latinoamericana residente en Buenos Aires.
Asimismo, habría que haberles enseñado que, sus dirigentes han sabido reconocer y agradecer a la Argentina la hospitalidad que ha tenido al tenderle la mano fraterna a los paraguayos que han optado por este país como lugar de vida. Por lo que los directivos de Casa Paraguaya siempre han mantenido con sus autoridades un relacionamiento cálido, cordial y respetuoso. Igual comportamiento con los representantes diplomáticos del Paraguay en estas tierras.
Recapitulando, la supuesta falencia educacional mencionada (por no haber enseñado) es lo que ahora hace difícil pensar en una pronta recuperación institucional ya que las denuncias presentadas ante el organismo que regula las asociaciones sin fines de lucro, esto es la Inspección General de Justicia IGJ) tienen su tiempo de resolución.
Lo antedicho es apenas un botón de muestra de la evolución que, a lo largo del tiempo ha sido el recorrido del accionar de Casa Paraguaya de Bs. As. y que, desafortunadamente, es desconocida por la mayoría de los seudo directivos y de los que pretenden serlo en el futuro.
No obstante, tenemos confianza que en el curso de este año 2022, se arregle la anomalía generada.
Mientras tanto, lo que vemos y creemos saber, es lo que hay
( Ah… y como dice la «profecía»: toda vez que llovió, paró… ¿se cumplirá en esta oportunidad?)