Casa Paraguaya de Bs. As. y “el pato de la boda”…

Para entrar en tema y como prólogo, enumeraremos primeramente las propuestas que fueron presentadas a la Institución poco tiempo después de las elecciones de diciembre 2018, como una hoja de ruta para los próximos tres años de gestión de  las nuevas autoridades electas en esa oportunidad. 

Las propuestas eran, básicamente, las siguientes: (cuya lectura pueden obviar y pasar directamente a los últimos seis párrafos de esta nota)

  • Sanear definitivamente las finanzas de nuestra institución para cumplir adecuadamente los compromisos asumidos, realizar los trabajos necesarios  para el mantenimiento de la sede y terminar la construcción
  • Ordenar administrativamente la entidad y habilitar la Secretaría para que funcione de manera permanente
  • Llevar a cabo lo estipulado en nuestro estatuto realizando obras de carácter social, asistencial y orientación migratoria en beneficio de nuestros compatriotas, armonizando a su vez con las autoridades diplomáticas de nuestro país y el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, adoptando las medidas pertinentes para facilitar dichos fines.

Impulsar fuertemente las actividades culturales, que ha sido siempre la característica fundamental de Casa Paraguaya.

Para ello se desarrollarán:

  1. a) Charlas y conferencias sobre nuestra historia y folklore nativo.
  2. b) Proyección de películas relativas a nuestro país.
  3. c) Exposiciones pictóricas
  4. d) Promoción de nuestras danzas típicas, enseñanza del idioma guaraní, cursos de arpa, talleres de locución y periodismo.
  5. e) Celebrar las fechas patrias de nuestro país y Argentina, poniendo énfasis en los valores de nuestra identidad nacional
  6. f) los socios al día tendrán descuentos de hasta un 50% en el valor de la entrada

Actualización los estatutos, que contemple entre otros temas:

  1. a) la participación en el Consejo Directivo de integrantes de la lista opositora que logre un porcentaje importante de votos. De esta manera podríamos retener a socios valiosos para trabajar todos juntos por el engrandecimiento de nuestra casa.
  2. b) acortar el plazo de antigüedad para tener derecho al voto que actualmente es de dos años. Pensamos que un año es suficiente para tal fin plazo adoptado por la mayoría de las instituciones en Argentina.
  3. c) garantizar la solvencia moral y material de los futuros directivos a través de: 1) un certificado donde conste la falta de antecedentes policiales, judiciales y/o penales y 2) mediante declaración jurada de su solvencia económica protocolizada por escribano.
  4. d) que uno los revisores de cuenta sean de la lista opositora para una mayor transparencia en el manejo de los fondos para evitar suspicacias.
  5. e) anular la facultad del Secretario de representar a la institución en caso de ausencia del presidente: para ello está el vicepresidente y los vocales titulares –en orden decreciente- que conforman el Consejo Directivo.
  6. f) crear un Tribunal de Disciplina que considere las sanciones que correspondería aplicar a los socios que no cumplan lo establecido por el estatuto donde el imputado-supuestamente fallido- tenga asegurado previamente su derecho de defensa.
  7. g) adecuar el Estatuto a las nuevas normas jurídicas argentinas que regulan las asociaciones civiles sin fines de lucro.

Y, finalmente, convocar en forma trimestral a los socios con cuota al día para rendirles cuenta de lo actuado y ocurrido en nuestra Institución, de manera tal que estén informados permanentemente de acontecido en la Casa Paraguaya e informarles la agenda las actividades a realizar 

Lamentablemente, Casa Paraguaya tuvo tres crisis durante el 2019. 

Las dos primeras ocurrieron en mayo, la segunda en septiembre: en ambas oportunidades se retiraron -o fueron retirados- la mitad de los miembros del Consejo Directivo.

(Aclaremos que la primera vez  abarcó a la mitad de sus integrantes y la segunda vez, la otra mitad, por lo cual las propuestas descriptas más arriba quedaron en la nada). 

La tercera crisis ocurrió en octubre, con la clausura de la sede por incumplimientos varios de las normativas estipuladas por el Gobierno de la Ciudad de Bs. As. 

Hoy, por lo visto, tal vez podríamos afirmar que la Casa Paraguaya en el 2020 sigue arrastrando una crisis, originada nuevamente por sus propios directivos, quienes no se ponen de acuerdo sobre como encarar el manejo institucional y no encuentran la manera de superar la crisis. Pareciera que perdieron la brújula. 

O quizá no tengan la altura necesaria para abrirse al diálogo constructivo. Otra posibilidad –entre tantas- es que piensen que la confrontación permanente puede tener resultados felices. 

 

Mientras tanto, quien paga el pato de la boda es el socio quien observa preocupado y expectante se dirima los conflictos existentes y se normalice de una vez por toda esta lastimosa situación.