Hace un año, este sitio publicó  un artículo titulado “A “Casa Paraguaya de Bs. As. le llegó a la edad de jubilarse”.

Y decía entre otras cosas

“Es que hoy,10 de octubre de 2018, cumple el 65° aniversario en que exiliados de nuestro Paraguay decidieran la fundación en la capital del Plata de una institución que sea el hogar de amparo y reparo de todos los paraguayos”.

“Y,  también tener un retazo de tierra paraguaya en Argentina, país que les abrió las puertas generosamente, para prolongar en la distancia el amor a su patria, paliar  la nostalgia y el desarraigo, sentimientos inherentes a la naturaleza de los que tuvieron que emigrar al exterior porque no tenían otra opción y, para mayor desgracia, la incertidumbre  de saber si el regreso a su hogar primigenio sería posible alguna vez”

 Esta idea fundacional, con el correr del tiempo, sido ha sido cumplimentada a rajatabla por los directivos que se han sucedido en su conducción, logrando además, desarrollar un ámbito constructivo en el cual sea posible la convivencia armónica entre nuestros compatriotas sin banderías políticas ni religiosas, poniendo énfasis particular en el respeto a los valores éticos y la difusión de las más caras manifestaciones culturales propias de nuestra idiosincrasia. 

Lamentablemente hoy, faltando apenas dos días para el 66° aniversario de su fundación, asistimos anodados a su segunda grave crisis institucional en menos de 4 meses. 

Parece ser que actualmente ”ndaikatúi ojekupyty hikuai”, parece que no hay posibilidad de acuerdo entre los propios integrantes del Consejo Directivo cuyas motivaciones, esta vez, no vamos a detallar,  porque debemos confirmar primeramente la veracidad de la información disponible y, fundamentalmente, dejar fluir los acontecimientos en la esperanza de un gesto de grandeza de las partes involucradas anteponiendo la primacía institucional para arribar a buen puerto.