Casa Paraguaya de Bs- As. en su 67° aniversario: al borde del abismo
Pasado mañana sábado 10 de octubre de 2020, la Asociación Civil Casa Paraguaya de Buenos Aires cumple 67 años de su fundación.
La necesidad vital de la creación de Casa Paraguaya en Buenos Aires, en esa época, fue forjar un retazo de tierra para prolongar en la distancia el amor a la Patria proponiendo el conocimiento, la difusión de los valores culturales y espirituales de nuestro país para hacer más llevadera la nostalgia y el desarraigo de nuestros compatriotas.
Y, además, para decir NO al adiós definitivo a nuestra tierra natal y mantener firme la esperanza de un pronto retorno, idea inicial de toda partida.
La condición esencial para que una entidad subsista, es que se mantenga fiel al objetivo, a la necesidad vital de su creación. Si se lo modifica o tergiversa, se extinguirá inexorablemente o terminará siendo otra cosa.
Felizmente, sus fundadores, los sucesivos Consejos Directivos y los asociados de la Entidad, con el correr de los años, han sabido comprender, mantener, promover, cumplir los objetivos de su creación y, consecuentemente, mejorar su funcionamiento para enaltecerlo y ubicarlo en el podio de la consideración social paraguaya, argentina e incluso de otras latitudes.
Hoy, lamentablemente, el derrotero de la institución está la deriva, ya que la huella distintiva que han sabido imprimirlo los nueve presidentes que han dirigido Casa Paraguaya desde su fundación, quedó trunca con la muerte de Isidro Méndez Chávez el 29 de septiembre de 2017.
A partir de ahí y hasta la fecha, el inmenso vacío que dejó su inesperada partida, no pudo ser cubierto.
Y ahora, la entidad navega sin rumbo ni destino cierto, al borde del abismo, con el peligroso riesgo de que su inmueble vaya a remate.
Pareciera que, el sucesor de Méndez Chávez en la conducción de la casa, ha perdido la brújula y por ende no ha estado, ni está, a la altura que las actuales circunstancias requieren.
Esto es, espíritu capaz de dialogar sin mezquindades, humildad sin egoísmos, transparencia administrativa, mentalidad abierta y, por sobre todas las cosas, un profundo sentido de pertenencia que lo impulse a buscar y priorizar la normalidad institucional.
Nos consta que existe gran cantidad de socios dispuestos al salvataje que deberían ser convocados para encontrar las soluciones que se necesitan para recuperar su impronta y evitar la pérdida de la sede societaria cuya adquisición y construcción costó tantos esfuerzos, sacrificios y dinero.
Esperamos con optimismo que en su 68° aniversario se despejen los nubarrones actuales y sobrevenga la claridad que haga posible encauzar la vuelta a la continuidad institucional