“Oh, pobre que masticas y soportas cualquier cosa…” La abrupta decisión de aplicar los aranceles consulares puede tener distintas miradas, depende del cristal y el ángulo con que se miren.
Por un lado, la manifiesta dejadez de muchísimos de nuestros paisanos que no regularizan su situación migratoria pese a su larga estadía en este país, los cuales ya disponen de cierta holgura financiera como para afrontar el costo de los documentos necesarios para lograr su radicación.
Por el otro, está la visión que nuestras autoridades y organismos de aplicación tienen de la comunidad paraguaya que reside en Argentina.
Parece ser que ellos piensan que tiene los recursos necesarios para abonar esas cifras, cuando la mayoría de nuestra gente que utiliza esos servicios consulares son personas y familias enteras que actualmente siguen emigrando -casi a mansalva y en forma masiva- de nuestro país y que apenas tienen un mínimo sustento diario para mantenerse en el lugar “elegido” para su destierro.
Ésta es la gente que necesita ayuda y a la que hay que considerar cuando se toma una medida tan drástica como la asumida por nuestra Cancillería.
Sabemos, sin embargo, que este organismo del Estado tiene la facultad de reglamentar la Ley 4033 de aranceles consulares y tenemos esperanza que cuando lo haga, morigere, modere los efectos de este verdadero impuesto a la expulsión, ya que la emigración de nuestros compatriotas supone esencialmente que ya no tienen lugar en nuestro país y deben emprender el camino hacia otros rumbos aún contra sus deseos.
Creemos que Cancillería sabrá discernir qué y cómo hacer para, realmente, dar una mano y facilite la permanencia en Argentina de los sectores más necesitados, tratando caso por caso en particular.
Comentario al margen: lo que también llama poderosamente la atención es la actitud pasiva, apática y silenciosa de las organizaciones paraguayas en Argentina –sociales y políticas- que prefieren mirar hacia otro lado, en lugar de encabezar, liderar y hacerse cargo de este reclamo puntual aunque más no sea de los ciudadanos a los que en teoría representan.
¿Dónde están los adalides de otrora? ¿Dónde quedó la lucha por lograr que la cédula se tramite en Bs. As. a partir del año 1992? ¿Qué pasó con el entusiasmo que generaron para lograr la modificación del Artículo 120 de la Constitución Nacional, artículo al que se opusieron tenazmente en la Convención Nacional Constituyente?
¿Fueron a los cuarteles de invierno o también cayeron en la dejadez del que hablamos en la primera parte de esta nota?
N. de R. Paraguay expulsa a una importante población productiva del país”: el Censo de población 2010 de la Argentina contabilizó 550.000 paraguayos, con 56% de mujeres y casi 80% de personas en edades productivas. Pero en realidad, la cifra más aproximada debe ser 900 mil ya que solamente en los últimos años se radicaron más de 400 mil. Mostramos imágenes de algunas terminales de ómnibus del Paraguay desde donde vienen paraguayos a Argentina
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