10 de octubre: 60° aniversario de Casa Paraguaya de Bs. As.
Una Institución es siempre el resultado del accionar de un grupo humano y nace como respuesta a diversas circunstancias imperantes en un ámbito temporal y geográfico determinado.
Una aguda peripecia de la vida política del Paraguay –el conflicto civil de 1947- provocó una masiva migración de sus nacionales. Muchos buscaron refugio en territorio argentino cuyas autoridades, cumpliendo la tradicional amplitud de miras de sus leyes y su proverbial hospitalidad, les abrieron sus puertas. Muchos se trasladaron a Buenos Aires y su zona de influencia.
Así, el 21 de septiembre de 1949 se fundó en Buenos Aires el Centro Paraguayo. El 10 de octubre de 1953 la Casa Paraguaya de Buenos Aires. En 1962 se acordó la fusión de ambas entidades. De esta manera, se unificaron así los esfuerzos que buscaban que los paraguayos tuvieran un sitio de referencia en Buenos Aires.
El objetivo inicial era claro: bregar por la efectiva unión y fraternal convivencia de la familia paraguaya, ser hogar y amparo común de todos los paraguayos residentes o transeúntes en la República Argentina y de todos los habitantes del país que se sientan identificados con sus propósitos.
La perdurabilidad de este proyecto que hoy cumple 60 años, ha sido lograda con el esfuerzo, y la perseverancia de quienes integran la entidad como asociados y de los que se fueron sucediendo en su dirección conservando la esencia del objetivo aglutinante
Los sucesivos Consejos Directivos que asumieron la responsabilidad de la dirección y administración de la Entidad, no escatimaron esfuerzos en hacer de Casa Paraguaya de Buenos Aires, una escuela de convivencia y de respeto mutuo entre los residentes paraguayos en Argentina, abierta a todos los sectores y al mismo tiempo para que sea un crisol de la fraternidad entre ambos pueblos a través del contacto permanente, conocimiento y trato reciproco, la evocación y conmemoración de fechas comunes, actos académicos de extensión cultural y de exaltación de los valores intelectuales y manifestaciones artísticas, como así también la colaboración permanente con otras entidades sociales, con el concurso de sus recursos disponibles, tanto económicos como humanos y culturales
Tengo el honor de testificar que yo asisti a la fundación del Centro Paraduayo y cuatro años mas tarde a la unificación con la Casa Paraguaya, realmente este era un pedacito de nuestro terruño en tierras extrañas, donde podiamos comer shipá, sopa, hablar en guarani y bailar nuestras lindas polkas kyre-y
y donde nos contabamos nuestras añoranzas y penurias para conseguir trabajo y un techo donde guarecerse del frio invierno. Indudablemente somos un pueblo de luchadores, pues poco a poco y tambien gracias a la hospitalidad Argentina fuimos superando todos los obstaculos,, hemos vuelto a estudiar, a formar un hogar y una familia, y a contribuir al engrandecimiento de ese pais incorporandonos en todas sus luchas cotidiana. Pero nuestro Rincon favorito siempre fué la casa Paraguaya.
No cabe más que felicitar a los responsables de este medio que ha sabido mantener durante 20 años un ejercicio periodístico creíble.