Por Margarita Palacios / La Paz/Bolivia
En ocho décadas del cese de hostilidades entre Bolivia y Paraguay, la filmografía boliviana rodó más de una decena de filmes
Una historia romántica que tiene como telón de fondo la Guerra del Chaco y como protagonista a un piloto boliviano es el eje de la película nacional “Hacia la Gloria “(1932) dirigida por Mario Camacho, José Jiménez y Raúl Durán
Este trabajo es uno de los más de 15 filmes bolivianos rodados durante y después de este conflicto bélico entre Bolivia y Paraguay ocurrido desde el 9 de septiembre de 1932 hasta el 12 de junio de 1935.
El periódico ‘Página Siete’ realizó un recuento de estos trabajos a propósito de cumplirse un año más del cese de hostilidades entre ambos países. «Se tiene registrado más de una decena de productos audiovisuales que se han filmado con imágenes de la Guerra del Chaco”, explicó Elizabeth Carrasco, del Centro de Documentación de la Cinemateca Boliviana.
El segundo filme es el documental mudo titulado “En el infierno del Chaco” (1932),dirigido por el argentino Roque Funes. La cinta fue rodada en 35 milímetros, en blanco y negro y dura menos de una hora.
Según un artículo de Claudio Sánchez de la revista Cinemas Cine, la película “En el infierno del Chaco” fue reestrenada en una versión restaurada durante la décima edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente en 2008.
La película fue rescatada por el presidente de la Cinemateca y Archivo Visual de Paraguay, Hugo Gamarra, mediante un acuerdo con Aprocinain (Asociación Pro Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional) de Argentina.
Otro de los filmes, el tercero, es “La campaña del Chaco”, dirigida por Juan Peñaranda. «Tiene un enfoque más propagandístico ya que cuenta con el apoyo del Ministerio de Guerra y del Estado Mayor”, destacó Pedro Susz, en su libro Filmografía video boliviana básica (1904-1990)
En “La campaña del Chaco” se realizaron tomas aéreas de las posiciones bolivianas y paraguayas, «para así poder llevar al país las imágenes de lo que sucedía en la zona de combate”, explicó el analista Sánchez.
La cuarta obra audiovisual es el documental titulado “Iyambaé” realizado por la Asociación de Apoyo para el Campesino Indígena del Oriente Boliviano (APCOB) y a cargo del antropólogo Jürgen Riester.
Para el historiador y educador Julio Irahola, “Iyambaé” –hombre libre, sin dueño- es un filme relevante ya que mediante entrevistas y testimonios se demuestra que los indígenas guaraníes no fueron tomados en cuenta por los bolivianos. «Los guaraníes no han participado desde el inicio porque el Ejército boliviano no los tomó en cuenta. Si lo hubieran hecho, otra sería la historia porque ellos conocían el territorio”
A la lista se suman el sexto filme, “Kunuskiu” (1990), de Silvia Rivero y, séptimo, el documental “La última batalla”, de Rodrigo Ayala, que narra -a través de entrevistas- a los beneméritos los pormenores de la guerra.
La octava cinta es “El hombre símbolo”, dirigido por Armando Urioste y Pedro Susz. En este trabajo se abordan los problemas que atraviesan los beneméritos de la patria.
Otras dos joyas que conservan las memorias de este enfrentamiento, la novena y la décima, fueron trabajadas por el periodista e historiador Carlos D. Mesa Gisbert. Uno de los documentales sobre este conflicto fue “La Guerra del Chaco Boquerón”, que forma parte de la serie Bolivia Siglo XX. El otro “Detrás de las Noticias” que cuenta con dos partes y contó con la colaboración del periodista Mario Espinoza.
Otro hito fundamental en la cinematografía boliviana es la película “Boquerón” (La historia que debe ser contada) escrita, guionada y dirigida por Tonchy Antezana, 90 minutos de duración, inició su rodaje a finales del año 2012, que fue producida en etapas de acuerdo a las posibilidades económicas del cineasta. El largometraje fue rodado en seis locaciones diferentes, entre ellas Oruro, La Paz, el lago Titicaca, Cochabamba, Cotapachi y Fortín Boquerón en Paraguay. “Esta última locación fue a invitación de las autoridades paraguayas”, comentó Antezana
Finalmente, hay cuatro documentales que fueron realizados por el historiador Pablo Michel: “Los indígenas en la Guerra del Chaco”, “Boquerón Indomable”, “Vida y obra de Germán Busch” y “Desmitificando la Guerra del Chaco”
Otros de los tesoros que guarda la Cinemateca boliviana son tomas de vistas locales de la Guerra del Chaco. «Estas tomas no tienen buena calidad, fueron filmadas sin tener la intención de hacer una película, no tienen un actor y una función narrativa”, expresó Elizabeth Carrasco directora de la Cinemateca
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Muy buena la crítica y observación, sería bueno que para coadyuvar en la formación del orgullo nacional, entidades gubernamentales pudieran apoyar en principio, más a la cinematografía boliviana y a la difusión de esas verdaderas joyas que guardan nuestra historia.